Que cada ciudadano genere 23 kilos de basura menos al año para 2030. Es el ambicioso objetivo que, en materia de residuos, se ha marcado la Diputación en el nuevo plan para su gestión que este miércoles ha superado su primer trámite parlamentario en las Juntas Generales, y entre entre cuyas líneas de actuación se encuentran también reducir prácticamente al mínimo los residuos que se llevan a vertedero e incrementar los que se separan para su reciclaje. El proyecto ha incorporado seis propuestas planteadas por la ciudadanía, relacionadas con la publicación de los datos de la gestión de los residuos y con la reducción de la distancia que recorren los vehículos de recogida.

El documento, elaborado tras la prórroga del II Plan Integral de Gestión de Residuos Urbanos de Bizkaia 2005-2016 (PIGRUB) por el departamento foral de Medio Natural y Agricultura, debe ahora recibir el visto bueno de las Juntas Generales, primero por parte de la comisión correspondiente y después por el pleno.

La nueva hoja de ruta ayudará al territorio a cumplir los objetivos establecidos por la Unión Europea para 2030 reduciendo la generación de residuos en un 15% y recuperando de 4,9 de cada 5 kilos de los generados. El proyecto ha recibido 14 enmiendas por parte de los partidos políticos con representación en el órgano legislativo, de las que seis han sido incorporadas al texto. Se trata de planteamiento presentados por los grupos que sustentan al Gobierno foral, PNV y PSE, y que recogen propuestas ciudadanas planteadas durante su periodo de exposición pública.

Menos kilómetros

Con ellas, la propia norma recogerá la obligación de publicar los datos relativos tanto a la gestión de los residuos como, en concreto, de la recogida, separación y tratamiento de la fracción de envases, incluyendo las proporciones de los distintos materiales a la entrada y a la salida de las plantas. Del mismo modo, se dará cuenta de la participación de la Diputación en los distintos foros de referencia a nivel estatal y europeo en esta materia.

También se hace hincapié en la reducción de la huella de carbono de los vehículos que conforman la flota de recogida, ya prevista en el proyecto a través de la incorporación de los que están propulsados por ejemplo por hidrógeno, disminuyendo los kilómetros que recorren.

Asimismo, se suprimirá un párrafo que hace referencia a la incorporación de soluciones tecnológicas para continuar el proceso de digitalización de procesos de gestión para reducir el uso del papel, "ya que es obvio", y se especificará que la separación de residuos es un requisito legal establecido por la Unión Europea de obligado cumplimiento.

Futuro de Zabalgarbi

No han corrido la misma suerte las seis enmiendas que había registrado EH Bildu y los dos cambios defendidos en la comisión por Elkarrekin Bizkaia, y que hacían referencia, entre otros, a la implantación de un sistema de pago por generación de residuos, la recogida puerta a puerta de los comerciales, la identificación de los ciudadanos al depositar la basura y el cierre definitivo de Zabalgarbi. A este respecto, el portavoz del PNV, Jesús Lekerikabeaskoa, ha advertido que, pese a que el propio plan prevé que cada vez la planta trate menos residuos, plantear su cierre, "aunque los objetivo del plan son ambicioso, es mucho decir". "Cuando llegue el momento habrá que estudiar cuál es la necesidad de esa planta, si va a tener la función que tiene hoy en día u otra diferente. Pero no vamos a hacer esa previsión para 2034; dejemos al plan que cumpla sus objetivos y lo estudiaremos en su momento".

PNV y PSE han mostrado su disposición a negociar, antes de que se celebre el pleno en que se apruebe definitivamente el plan de residuos, estas enmiendas. La misma postura ha mantenido EH Bildu, que no ha votado en contra del plan. "Tenemos una oportunidad para presentar un plan valiente, moderno y actualizado, y es importante llegar a acuerdos entre los distintos grupos", ha abogado su apoderado Raúl Méndez. Terminado el debate, los grupos de la oposición han decidido reservar todas sus enmiendas para el pleno.