María Nieva se define como una persona empática: “Desde pequeñita me ha gustado ayudar a las personas cuando las veía mal”. Por ello, esta portugaluja no ha tenido demasiadas dudas a la hora de decidirse por estudiar Psicología. “Es mi vocación, quiero seguir ayudando a la gente como pueda y esa es una de las formas”, añade.
Las buenas notas obtenidas en Bachillerato en Karmengo Ama Ikastetxea, el centro educativo de Portugalete donde se ha formado, le permitieron ser admitida sin preocuparse en exceso de la EBAU en la Universidad de Deusto, donde cursará los estudios. “Había la opción de ir a la UPV en Donostia, pero prefería quedarme aquí. Me siento más cómoda estando con mis aitas, no sé si me veo preparada para independizarme”, reconoce.
María afronta el inicio de su etapa universitaria con mucha calma. “De normal soy una persona muy inquieta y nerviosa, pero da la casualidad de que dos amigas del colegio, Naroa e Itziar, van a venir a la misma clase. Además, hemos hecho ya un grupo con otras chicas que conocíamos y que también van a estudiar lo mismo… Así que estoy muy tranquila y con ganas de empezar ya”, explica. Tampoco lo referente a los estudios en sí le inquieta demasiado. “He hablado con alguna persona que ha hecho al carrera y todos me han dicho que no me preocupe, que va a ir bien, que los profesores son muy majos”, comenta.
Psicología Clínica
Pese a que es hoy cuando empiezan las clases para ella, María tiene ya más que perfilada su hoja de ruta de cara a su futuro: “Tengo que hacer cuatro años de psicología básica, que es la que hace todo el mundo. Luego puedes especializarte en varias opciones. Yo voy a especializarme en Psicología Clínica para trabajar en hospitales y centros sanitarios. Para ello tengo que hacer el PIR, que es como el MIR de Medicina pero para psicólogos. Antes tenía pensado lo de montar una consulta privada, pero ahora me he decantado por esta otra opción. Hay otras salidas, como trabajar para empresas en recursos humanos, pero no me llaman la atención”.
Finalmente, estudiará lo que quería, aunque desvela que tenía otras cartas en la manga: “Si no hubiera podido hacer Psicología habría hecho Magisterio o Educación Infantil. Me encantan los niños y me arreglo muy bien con ellos”, dice María, que seguirá luciendo la camiseta del Oribeltza, su equipo de baloncesto de toda la vida.