“Los números han sido herramientas que siempre han estado muy presentes en mi vida. Todo lo que fuera problemas a resolver usando la lógica, cálculos, los sudokus… Son cosas que desde pequeña me han encantado”, confiesa Ainara Gangoiti. Esta santutxutarra, que sacó una nota media de 12,923 en la EBAU, va a dar inicio al grado de Matemáticas en la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV/EHU en Leioa. Y admite estar algo nerviosa: “Lo que he estudiado siempre hasta ahora en Begoñazpi son matemáticas aplicadas y allí, por lo que me han contado antiguos estudiantes de la ikastola, lo que me voy a encontrar no tiene nada que ver, son matemáticas puras. Soy de las que necesitan tener todo organizado y, por eso, tengo esa inquietud”.
Pese a esa pasión por los números que profesa desde pequeña, la carrera de Matemáticas nunca fue su primera opción. “Siempre tiraba más al tema tecnológico. Estuve mirando otras más relacionadas con el mundo físico: Ingeniería Industrial y Robótica, también Arquitectura… Entonces pensaba que la carrera de Matemáticas iba más enfocada a la enseñanza. Pero este último año entré en la web de la UPV y cuando me enteré de todas las salidas que tenía y de las asignaturas que se impartían, me encantó”, revela.
“A mí me gusta la lógica aplicada en algo. Y antes veía las matemáticas tan abstractas que no me llamaban la atención. Pero me di cuenta de que esa abstracción que veía en ellas se puede implementar en el día a día de muchas maneras y eso me atrajo aún más”, añade.
Vida laboral
Ainara aún no tiene fijado por dónde enfocar su vida laboral una vez concluya los estudios: “El tema de la investigación me atrae mucho, pero habrá que ver qué ofrecen las empresas”. Confía en que trabajo no le faltará: “Esto no tiene que ver solo con los números. Una persona que estudia matemáticas es capaz de organizar las cosas utilizando solo la lógica, tiene otra visión del mundo que otras carreras no aportan. Muchas profesiones buscan esa resolución de problemas en los matemáticos y por eso son tan demandados hoy en día”.
Si en algún momento se siente aturdida por ecuaciones irresolubles, Ainara tiene claro que recurrirá al deporte que ha practicado toda la vida: el baloncesto. “Me encanta. Ya hemos empezado la pretemporada con el Santutxu. Es el escape que tengo cuando estoy muy estresada”, asegura.