Después de varias semanas de polémica, la administración local ha aclarado la situación en la que queda el Mikeldi de madera erigida en Madalenoste durante el pasado mes de diciembre. La escultura permanecerá en su ubicación actual hasta enero de 2025 siempre y cuando se garantice la seguridad, la estabilidad de la pieza y cuente con el beneplácito de las y los propietarios del terreno en el que se ubica, ya que es de titularidad privada de uso público. “Reconociendo el esfuerzo y la contribución cultural de la asociación de escultores se ha accedido a mantener la escultura hasta enero de 2025 con ciertas condiciones para garantizar la seguridad y estabilidad de la obra artística”, justificaron fuentes del Consistorio durangarra.

La escultura, realizada íntegramente con madera reciclada, principalmente de palets de pino local sin tratamiento, fue instalada durante la primera quincena de diciembre coincidiendo con la 58ª edición de Durangoko Azoka y tiene 4 metros de altura. Aunque en un primer momento fue concebida como una obra efímera para ser expuesta durante el mes de diciembre del pasado año, desde la asociación de escultores accedieron a donar a la villa esta obra, siendo el Ayuntamiento el receptor de la misma.

Sin embargo, hace unas semanas, la administración durangarra realizó una petición verbal para retirar la escultura en un plazo de 15 días, y mostró su preocupación “por el riesgo que la permanencia prolongada de la escultura podría suponer para la seguridad de la ciudadanía, teniendo en cuenta su naturaleza efímera y la falta de vocación de permanencia desde su concepción. No obstante, reconociendo el esfuerzo y la contribución cultural de la asociación de escultores, se ha accedido a la solicitud con ciertas condiciones para asegurar la seguridad y estabilidad de la escultura”.

CONDICIONES

Así las cosas, el Mikeldi seguirá presidiendo Madalenoste siempre y cuando se garantice la seguridad y la integridad de la obra. Para ello se ha solicitado el cierre de la parte trasera de la escultura actualmente al descubierto para impedir el acceso al interior de la pieza, la presentación de un informe de un arquitecto externo que garantice la no afectación al suelo y la estabilidad de la obra, la obtención de autorización por parte de las y los propietarios del terreno en el que se ubica ya que es de titularidad privada y de uso público, la revisión periódica del estado de la madera y el compromiso de retirar la escultura para el 30 de enero de 2025.

Tanto el Consistorio como la asociación de escultores han dado por válidas estas condiciones y han valorado positivamente el acuerdo alcanzado, lo que permitirá a la ciudadanía durangarra y a las y los visitantes disfrutar de esta expresión artística por un tiempo extendido.