Con el fin de conocer, en tiempo real, el estado en el que se encuentran los taludes de la red de carreteras, la Diputación dispone de una red de instrumentos que permiten conocer si se han producido movimientos en ellos o los niveles de agua, todo ellos señales de que ese terraplén puede necesitar una actuación urgente para garantizar su estabilidad. Inclinómetros, células de carga y dianas topográficos conforman esa red de 216 dispositivos, algunos de los cuales realizan mediciones en continuo y en tiempo real.

Si el control sistemático de los taludes es la primera pata sobre la que se controlan los taludes de las carreteras de Bizkaia, la segunda línea de actuación es la instrumentalización de los mismos, que permiten tener un mejor conocimiento del estado de los taludes. En total, la red está formada por 216 dispositivos: 62 inclinómetros, 12 piezómetros, 55 células de carga y 87 dianas topográficas.

Los datos de algunos de estos elementos de auscultación se recopilan mediante visitas puntuales, aunque también se pueden habilitar para realizar mediciones en continuo, de forma que se dispone de todos los parámetros en tiempo real y el control es más efectivo de lo que se consigue con las lecturas puntuales tradicionales. Es lo que se ha hecho en las zonas de la red de carreteras más sensibles, que necesitan una detección temprana con el fin de minimizar cualquier tipo de afección a los usuarios de la red.

Pero, ¿qué son y cómo funcionan todos estos dispositivos? El inclinómetro es una perforación vertical que atraviesa dos niveles diferentes de sustrato, bien porque su naturaleza es diferente –por ejemplo, suelo y roca–, bien porque uno presenta movimientos respecto al otro. Al introducir de forma periódica un detector por el sondeo se pueden valorar los desplazamientos entre las dos partes.

Los piezómetros, por su parte, se utilizan para medir el agua subterránea, ya que esta produce empujes que pueden desestabilizar el subsuelo. Permiten también extraer muestras de agua para determinar sus componentes e incluso detectar la presencia de elementos contaminantes.

Las células de carga son dispositivos analógicos o digitales que se colocan en los extremos de los bulones o anclajes que aseguran los terraplenes. Al conocer las tensiones y cargas que soportan estos elementos, se puede determinar si el comportamiento es el previsto o se debe reforzar el sistema de contención y sostenimiento.

Finalmente, las dianas topográficas indican los movimientos verticales y/o horizontales de diferentes puntos de un muro; en función de la cuantía y la velocidad de esos movimientos, se puede establecer si su comportamiento, y el del terreno que se encuentra detrás de él, es el adecuado.

Los lugares

¿Dónde están localizados? Los dispositivos de auscultación de los taludes de las carreteras se han colocado en las zonas más sensibles, las que necesitan una detección temprana. Por ejemplo, en el túnel de Uretamendi, en la N-634, se ha colocado una auscultación de la boquilla sur en tiempo real; en el alto de Kastrexana, en la BI-636, se han instalado un inclinómetro y un piezómetro, y también el túnel de Urdinbide, en la BI-625, dispone de células de presión y piezómetros.