El semblante de los vecinos y vecinas del portal número 13 de Santa Eulalia era muy diferente en la jornada de ayer miércoles al que mostraron en las últimas semanas. Sus caras reflejaban alivio y satisfacción porque el pasado martes a la noche, tras entrar en vigor la orden de alejamiento por amenazas a varios vecinos decretada por una juez de los Juzgados de Barakaldo a dos de las tres personas que okupaban una vivienda de este portal, los okupas abandonaron ese piso ubicado en la segunda planta. “Es la primera noche en la que hemos podido dormir bien. Tenemos un chat de Whatsapp entre los vecinos de la comunidad y cada día había decenas de mensajes por el tema de la okupación. Hoy era todo diferente”, señaló Txerra, uno de los vecinos de este portal ubicado en pleno centro de Santurtzi. Los mensajes que había ayer miércoles a primera hora de la mañana en dicho grupo de Whatsapp eran para anunciar las citas con algunos medios de comunicación que han seguido este caso desde que se hiciera público hace diez días. “Esto es tranquilidad y estamos muy contentos, felices porque, de una vez por todas, todo lo que hemos sufrido durante casi un año ha acabado. La jueza ha tenido mucho que ver en esto porque el dictar esta orden de alejamiento nos ha facilitado las cosas”, indicó Txerra.

Esa orden de alejamiento dictada en el juicio rápido celebrado el pasado lunes fue la antesala de unas horas de locura que culminaron el martes a las 21.00 horas, cuando los tres okupas del inmueble –los dos sobre los que pesaba la orden de alejamiento y otra persona más– abandonaron la vivienda. Atrás quedaron meses de ruidos constantes, ir y venir de personas por la escalera y, finalmente, episodios de amenazas e intimidación a los vecinos de esta comunidad que ha hecho piña para hacer frente a esta delicadísima situación. “La orden de alejamiento y la buena gestión en los últimos días del Ayuntamiento de Santurtzi, la Policía Local y la Ertzaintza han hecho posible este final. Creemos que hubo un antes y un después de la reunión que mantuvimos el pasado lunes por la tarde”, declararon los vecinos de este portal del que, poco a poco, empiezan a desaparecer las pancartas que pedían una solución a este problema que, con el paso de los días iba creciendo. “El domingo hubo amenazas de muerte hacia los vecinos y esa era una línea roja que no se podía sobrepasar. Necesitábamos protección y seguridad y en estos últimos días la hemos tenido porque la situación era excepcional y así lo requería”, indicó Txerra.

Pese a la satisfacción de haber acabado con casi un año de pesadilla, los vecinos del número 13 de la calle Santa Eulalia alertaban de lo que puede suceder en el futuro en otras comunidades del municipio. “Esto no es más que trasladar el problema porque estamos seguros de que esas tres personas se habrán ido de aquí para meterse en otro sitio. Es una situación que no se la deseamos a nadie y creemos que lo que realmente se necesita es un cambio en la ley para que no se permita algo así. No hay que llegar a estos extremos para conseguir que esta gente indeseable se vaya de un sitio que no es suyo”, explicaron los vecinos. Todo hace indicar que la advertencia de los vecinos de Santa Eulalia 13 iba bien encaminada, ya que, en la mañana de ayer miércoles, las tres personas que se marcharon de Santa Eulalia el pasado martes intentaron entrar en una vivienda situada en el número 56 de la calle Las Viñas, según indicaron vecinos de este portal. Por desgracia para ellos, esas tres personas no son para nada desconocidas, ya que durante ocho meses estuvieron okupando el inmueble al que trataron de entrar, sin éxito, en la mañana de ayer miércoles. Según ha podido saber este diario, la Policía Local de Santurtzi desbarató el intento de okupación ilegal de esta vivienda por la cual hay un procedimiento judicial abierto por la anterior okupación ilegal. De hecho, el pasado martes tuvo lugar la vista judicial por este caso y los vecinos de esta comunidad de vecinos están a la espera de la sentencia en firme por okupación ilegal. Así las cosas, los vecinos de Las Viñas 56 esperan que no vuelvan a padecer todo lo que sufrieron tiempo atrás y que, al igual que ahora ocurre con los vecinos de Santa Eulalia 13 puedan vivir con tranquilidad sin estas tres personas en su bloque de viviendas.