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La Diputación proyecta la reforma integral del Palacio Foral

Los trabajos renovarán las instalaciones generales del histórico edificio, optimizarán la distribución de espacios y pondrán al día las fachadas

La Diputación proyecta la reforma integral del Palacio ForalPABLO VIÑAS

La Diputación de Bizkaia proyecta la reforma integral del Palacio Foral, sede de la institución. La actuación incluirá la renovación de todas las instalaciones generales del histórico edificio –electricidad, fontanería, climatización...–, la redistribución de sus espacios y la puesta al día de las fachadas y vidrieras del histórico edificio de la Gran Vía.

Se construyó entre 1890 y 1900, siendo proyectado, con estilo ecléctico, por Luis Aladrén, que dirigió también las obras junto a Antonio Carlevaris. Suntuosamente diseñado, reflejo de la euforia de aquellos años de las minas, navieras e industrias de reciente creación, cuenta con dos pisos, además de la planta baja, un sótano, ático y sobreático, y tres entreplantas.

Sede oficial de la Diputación, más de un centenar de personas trabajan a diario en este edificio. Aquí tiene su despacho el diputado general y la de Administración Pública y Relaciones Institucionales, se celebran los consejos de gobierno y hay servicios como contratación, compras, suministro, prensa... Sin olvidar las recepciones y recibimientos oficiales que acoge.

En el Palacio se han ido acometiendo diversas intervenciones a lo largo de su historia, adaptando su interior a las necesidades administrativas de cada momento e incorporando instalaciones e infraestructuras acordes con los tiempos. También se ha procedido a sanear y consolidar elementos exteriores, de las fachadas y cubiertas, para paliar su deterioro.

Ni la configuración del edificio ni el estado en el que se encuentra parte del mismo responden a las necesidades actuales ni de futuro. El bloque mantendrá, a medio plazo, su carácter administrativo actual, pero racionalizando los espacios interiores y recuperando, en la medida de lo posible, las estancias originales, tal y como se efectúa en las obras de la segunda planta en marcha. La reforma responde la necesidad de reordenar físicamente el espacio, así como modernizar y actualizar las organizaciones espaciales, acabados, instalaciones y mobiliario, degradados por el paso del tiempo.

Espacios diáfanos y funcionales

El objetivo final es rehabilitar parte del edificio para hacer más práctica y cómoda la actividad del personal que trabaja en él y mejorar la experiencia de los visitantes, sin olvidar que se encuentra protegido como patrimonio cultural. Como en el caso de las obras del segundo nivel, en la que se ha apostado por espacios diáfanos, luminosos, funcionales y compartidos, aquí también se quiere mantener ese mismo espíritu.

Además del sótano, el Palacio cuenta con varios niveles. La baja, las entreplantas y la planta tercera albergan usos administrativos tradicionales; la primera, o noble, alberga los lugares de trabajo del diputado general y la diputada de Administración Pública y Relaciones Institucionales, así como estancias destinadas a recepciones y usos protocolarios. Tras las obras que se están llevando a cabo en la planta segunda, se prevé que los espacios de trabajo de esta planta primera se trasladen a los nuevos, quedando la planta noble con un carácter exclusivamente representativo.

En el resto de niveles, los usos administrativos se han desarrollado de manera intensiva y las ocupaciones, en algunos casos, exceden de lo aconsejable para un inmueble de estas características. Por ello, es necesario distribuirlos, disminuyendo la ocupación del edificio para evitar esta situación. La Diputación calcula que se reducirá en torno a un 25%, reubicando en otros inmuebles al personal que deba abandonar el Palacio. El proyecto de reforma integral incluirá también la recuperación de los espacios de la planta noble que ahora están ocupados por oficinas para esos usos representativos.

La planta sótano alberga actualmente servicios de reprografía, talleres, almacenes y vestuarios. También el centro de control del sistema de vigilancia y seguridad, con un espacio escaso para la gran cantidad de imágenes y señales que reciben de los distintos inmuebles forales. Así, se plantea reformar este centro y redistribuir las estancias del nivel, para incorporar una zona de vestuarios generales para el edificio y habilitar vías de evacuación alternativas.

Las instalaciones de fontanería, calefacción y climatización han sido sometidas a diversas renovaciones, puntuales aunque gran parte de los conductos generales tienen más de 25 años de antigüedad. Algunos, como la climatización, incumplen normativas de ahorro energético y emisiones a la atmósfera. Los viejos radiadores de calefacción, construidos la mayoría en hierro fundido, están en buen estado y funcionan bien, aunque hay zonas que apenas se calientan y otras donde el calor supera los estándares de confort, debido a que la distribución de las tuberías es muy antigua y ramificada, con corrosiones y pasos reducidos que impiden el paso del caudal suficiente de agua caliente. Además, se han detectado fugas continuas en las conducciones bajo el suelo del sótano.

Por todo ello, se plantea reformar las distribuciones de esta planta o, por el contrario, sustituir el sistema actual de todo el edificio para mejorar su comportamiento energético, eliminando la instalación antigua y colocando un sistema moderno. Lo mismo ocurre con otras instalaciones de refrigeración, telecomunicaciones, líneas eléctricas o protección contra incendios.

Fachadas y vidrieras

Un informe elaborado en 2018 sobre el estado de las vidrieras señalan abombamientos o deficiencias que deberán ser tratadas. Además, se va a estudiar la opción de instalar acristalamientos isotérmicos para protegerlas, el sistema más eficaz actualmente frente al deterioro y que crea una cámara de ventilación, permitiendo una conservación semimuseística de las piezas. Eso sí, precisa de una autorización previa.

Las fachadas han sido restauradas en varias ocasiones a lo largo de los años; la última intervención integral data de 2000. En 2017, además, y tras la caída de dos cascotes, se acometieron también trabajos en el frente hacia la Gran Vía. Sin embargo, quedan pendientes actuaciones para reparar algunas elementos deteriorados, fisuraciones y pérdida de morteros en algunas juntas. Lo mismo ocurre con la cubierta, donde se actuó en 2012 pero de forma ajustada al presupuesto de ese año, marcado todavía por la crisis económica de 2008.

Finalmente, se va a valorar la opción de sustituir las carpinterías exteriores, tal y como se está haciendo en la planta segunda, en el resto de pisos, para reducir el gasto energético y aislar acústicamente el edificio. Se prestará especial atención a las de la primera planta, por sus dimensiones y por tratarse de las maderas originales.

El apunte

Obras actuales. Actualmente se están llevando a cabo obras de redistribución de la segunda planta, que comenzaron el año pasado y está previsto que terminen el próximo mes de octubre. En concreto, se tratan de la reforma total de la planta, con nuevas distribuciones y acabados, actualizando también la totalidad de sus instalaciones. Además, se va a aprovechar para dejar preparados una serie de elementos para facilitar a futuro las intervenciones sobre el edificio, como esta que está previsto acometer.