Seguro que los pilotos habituales que operan en el aeropuerto habrán notado los cambios, aunque para los pasajeros que aterrizan y despegan en Bilbao hayan pasado más bien desapercibidos. Y es que la pista principal de La Paloma la denominada como 12-30, ha sido objeto de varias trabajos sobre el terreno que se han prolongado casi cinco años desde que en octubre de 2017 la dirección del aeropuerto le hincara definitivamente el diente a la actualización del elemento más importante de estas instalaciones aéreas. El deterioro del asfalto debido al aumento constante de las operaciones de los aviones requería una intervención integral desde hacía tiempo, pero había que ejecutarla con cabeza.

La causa de este prolongado tiempo de actuación se encuentra en que todos los trabajos necesarios para la renovación de la calle desde la que operan los aviones se han realizado en horario nocturno ya que en ningún momento la dirección ha querido suspender la operativa aérea en el valle del Txorierri. "El cierre del aeropuerto fue una opción que se analizó seriamente", indican fuentes de Aena, ya que en otros aeródromos de la red estatal, a la hora de efectuar estos trabajos, se ha optado por clausurar el servicio aéreo durante las semanas que pudieran prolongarse los trabajos.

Posible cierre del aeropuerto

Optar por ello en Loiu era una alternativa muy arriesgada de cara a la operativa aérea y se eligió finalmente estirar en el calendario la especial intervención y así evitar problemas a los usuarios, tanto a los pasajeros como a las aerolíneas por lo que iba a suponer para las mismas de posible pérdida de clientela. El tajo más dificultoso y el primero que se llevó a cabo fue el recrecido de la pista cuyo coste de 6,4 millones de euros ha sido uno de los más elevados que ha adjudicado La Paloma

Esta actuación en la pista fue de una envergadura equivalente casi a la construcción de un recorrido para los aviones totalmente nuevo y requirió de un importante despliegue de personal y medios. En esencia, lo que se efectuó fue el fresado del viejo pavimento, la extensión y la compactación del nuevo hasta alcanzar una capa de entre 5 y 10 centímetros de grosor dependiendo de las zonas.

La empresa contratada por el aeropuerto se encontró un asfalto antiguo con un serio deterioro por mor del tiempo transcurrido desde que se había extendido y del cada vez mayor tráfico de aviones experimentado en la última década. Se ha actuado en más de 166.000 metros cuadrados de superficie aproximadamente, extensión equivalente a 26 campos de fútbol de San Mamés que conforman la pista principal que se despliega a lo largo del valle del Txorierri la cual cuenta con unas dimensiones de 2.600 metros de largo y 70 metros de anchura.

Los trabajos se prolongaron durante 15 meses, entre octubre de 2017 y enero de 2019. Un tiempo en el que el aeropuerto mantuvo su normalidad de uso, "salvo durante dos meses de la primavera de 2018 en los que el horario del aeropuerto no se extendió más allá de las 23.30 horas, lo que apenas tuvo repercusión operativa", indicaban fuentes de la dirección del aeródromo más importante de la cornisa cantábrica.

Toda esta tarea tuvo que efectuarse con extremado cuidado y a pequeños tramos ya que la pista tenía que quedar totalmente limpia de cualquier elemento que pudiera haber quedado olvidado después de que los operarios trabajaran de noche. La presencia de cualquier herramienta o elemento de cierto tamaño podía comprometer la seguridad de los aterrizajes y despegues que tuvieran que efectuar las aeronaves al día siguiente.

Retrasados por las lluvias

Otro handicap con el que tuvo que lidiar el recrecimiento de la capa de rodadura es que solo se pudo trabajar con tiempo seco. Como ocurre con el habitual asfaltado de carreteras y autovías, la lluvia impedía la extensión segura del pavimento, de ahí que el plazo de ejecución se extendiera mucho más del previsto en la adjudicación inicial. De media, cada noche se renovaron alrededor de treinta metros de asfalto en la pista, según han indicado fuentes aeroportuarias.

A la actualización del eje viario central del aeropuerto también se han unido otros trabajos complementarios como la adecuación de las franjas de rodaje y de los terrenos. En total, la suma de estas intervenciones ha alcanzado los 8,2 millones de euros. Asimismo, también se procedió a la renovación de la pista secundaria del aeropuerto, la conocida como 10-28, para completar el proceso en todo el campo aéreo.

Al detalle

Circulación de aviones

La intervención ha sido completa en el campo de rodadura modernizando las dos pistas en las que aterrizan y despegan las aeronaves así como las calles laterales por las que ruedan hasta alcanzar la terminal aérea.

La cifra

2.600

Son los metros que mide de largo la pista central, la cual también cuenta con 70 de anchura lo que supone una extensión de 182.000 metros cuadrados cubiertos de asfalto.