Como si sus primeros pasos hubiesen sido bailando, Elene Carreto no entiende una vida sin baile. Y es que haciendo de su afición una forma de vida, esta joven durangarra comenzó a formarse como bailarina desde txiki. Primero en la Academia L'atelier de Durango, luego en Madrid y en 2015 siendo parte de la primera promoción de Dantzerti, la Escuela Superior de Arte Dramático y Danza de Euskadi. El inicio del estado de alarma del pasado mes de marzo le sorprendió en su 25 cumpleaños, y combatiendo a una pandemia mundial con clases de zumba on line en euskera, el 2020 también le regaló protagonizar Euria, el videoclip de la nueva canción de Olatz Salvador. Con un 2021 cargado de nuevos retos y proyectos, la bailarina y mediadora artística será hasta junio la responsable de impartir las sesiones de Dagaz, la red de aficionados y aficionadas a la danza contemporánea, en Durango y Hernani.

"Con cuatro años mis aitas me apuntaron a ballet. En la adolescencia empecé a probar otros estilos como el funky y descubrí también que la danza contemporánea tenía una profundidad no solo corporal, sino también cognitiva que me interesaba y me llenaba", rememora de sus primeros años. Decidida a comenzar su formación profesional como bailarina, se instaló en Madrid para cursar Artes Visuales y Danza en la especialidad de Danza Contemporánea. "De mis años en Madrid recuerdo que fue un punto de inflexión. Realmente no sabía muy bien a lo que iba, era como un mundo a explorar y mis aitas me animaron a bailar, pero sobre todo a estudiar y formarme en ello también. A darme cuenta de que la técnica es importante, pero que hay mucho más en el mundo de la danza como la historia, la creación y la mediación. La danza es una profesión más que puede incidir en la sociedad y ayudar a cambiarla", defiende convencida.

Dos años después, en el curso 2015-2016, regresó a Euskadi para comenzar a estudiar Interpretación y Coreografía en la especialidad de Danza Contemporánea y Clásica en la primera promoción de Dantzerti. "Cuando regresé a Bilbo, tenía muchísimo miedo a las pruebas de acceso. Justo se acababa de poner todo en marcha con un jurado externo y por si no me cogían volví a hacer la selectividad para estudiar Pedagogía", recuerda Carreto.

Su debut profesional en el mundo de la danza fue en 2017 con la obra Funtzak, bajo la dirección artística de Nuria Pérez y en 2019 se incorporó a la compañía Dantzaz, compaginando hasta este mismo año su labor como bailarina con la mediación artística. "En mi caso puedo decir que pese a la crisis sanitaria he sido una privilegiada porque he podido seguir en Dantzaz, pude participar en una iniciativa para dar clases de zumba on line y no he parado de hacer cosas", reconoce.

Muestra de ello es el último proyecto Dagaz, impulsado por Dantzaz, y que ha comenzado su andadura en Durango esta misma semana. "Son sesiones semanales pensadas para todas las personas no profesionales y de todos los niveles. Vamos a trabajar conceptos básicos de la creación como son el espacio, el tiempo y las relaciones interpersonales", detalla.

Futuro Aunque seguirá unida a Dantzaz con diferentes proyectos de colaboración, Elene Carreto ha decidido comenzar a impulsar Kultza. Un nuevo proyecto de mediación con varias líneas de trabajo. "Por un lado, queremos impulsar unos udalekus artísticos con una semana o dos de creación, integrando diferentes disciplinas artísticas y adaptándose al entorno donde se desarrolle. Por otro lado, queremos seguir desarrollando los proyectos pedagógicos en los colegios, crear un proceso artístico partiendo de un tema del propio currículum educativo del centro", avanza. Seguirá con el baile en las venas para cambiar el mundo.