El diputado de Acción Social, Sergio Murillo, ha informado hoy de que casi una cuarta parte de los usuarios de las residencias de Bizkaia se contagiaron de coronavirus durante la primera ola de la pandemia. El dato contrasta sin embargo con el porcentaje de fallecidos, que es inferior al registrado a nivel comunitario en Euskadi: incluidos los casos no confirmados, solo con sospecha, en los centros residenciales del territorio fallecieron 352 personas, lo que representa el 16% de todos los afectados, mientras que a nivel general ese porcentaje se elevó al 27% entre los mayores de 80 años.

Sergio Murillo ha comparecido esta mañana en las Juntas Generales para presentar el informe elaborado por técnicos del departamento sobre el impacto de la covid-19 en los centros residenciales hasta el mes de julio, tal y como había pedido la Cámara parlamentaria. Según ha explicado el diputado foral, se ha realizado un análisis "pormenorizado" de la situación de todas las residencias del territorio, con independencia de su titularidad, a excepción de Birjinetxe, "por su especial función y papel durante la pandemia" como unidad especializada para atender casos de infección.

El informe ha confirmado las dificultades para conseguir equipos de protección durante los primeros días de la pandemia, que mejoró a partir del 18 de abril, así como para cubrir determinados puestos de trabajopuestos de trabajo, sobre todo entre la plantilla de enfermería.

Por otra parte, se realizaron 730 llamadas para verificar que se estaba garantizado la comunicación entre los centros y las familias, que tuvo una "evolución positiva" hasta alcanzar un grado de satisfacción por el 91,7% de ellas, "que entendían la dificultad en aquel momento de la pandemia".

La zonificación de las residencias para aislar a las personas positivas también tuvo una evolución satisfactoria pese a que el principio, con la escasez de pruebas PCR, fue difícil identificar a los contagiados.

En cuanto a la incidencia del virus entre los residentes, Murillo ha informado que hasta el 56,5% de los centros tuvieron algún positivo en algún momento de la primera ola, que alcanzaron al 22,3% de los usuarios. "Es una incidencia importante, mucho más alta que la que se registró en la comunidad. Las residencias son espacios en los que, una vez que el virus ha entrado, es difícil parar su expansión si no se hacen pruebas suficientes, por ser espacios cerrados, con muchas interacciones, contractos estrechos...", ha enumerado.

El número de fallecidos con coronavirus se elevó a 308, 352 si se incluyen los 44 con sospecha pero sin un positivo confirmado, lo que representa el 16 y el 18,3%, respectivamente, del total de afectados. "Un solo fallecido hubieran sido muchos, demasiados, pero hay que tener en cuenta que las personas que viven en las residencias tienen un cuadro clínico complejo al que, si se añade el covid, les hace un colectivo extremadamente vulnerable", ha advertido Murillo.

Con una edad media de 83,93 años, los datos muestran que la mortalidad fue menor en las residencias, ya que en Euskadi fallecieron el 27% de los contagiados mayores de 80 años. "No estoy satisfecho con los datos, un solo muerto ya hubieran sido demasiados, pero creo que hay que hacer estas matizaciones", ha querido puntualizar.

El informe ha realizado un análisis del impacto del virus en las residencias en base a variables como el tamaño, la titularidad, el ratio de atención directa o su ubicación. Los técnicos no han encontrado una mayor incidencia dependiendo de que sea un centro urbano o aislado; público, privado o concertado, o con un mayor o menor ratio de trabajadores.

Sí se observa, sin embargo, una menor incidencia en las residencias más pequeñas -"aunque las más grandes tampoco son las que más afectados tienen", ha apuntado Murillo- y, sobre todo, una relación "directa" con las áreas de servicios sociales en los que están ubicados. "Cuantas más plazas hay ocupadas en un área de servicios sociales, más afectación hay", ha señalado. "La variabilidad de los datos en el periodo de estudio no permite obtener un patrón concluyente y la lectura de datos parciales puede llevar a error ya que el porcentaje que representan sobre el sistema de centros es poco significativo", concluye el informe.

Entre las recomendaciones a futuro, los técnicos a futuro trabajar en unidades más reducidas, más formación, coordinación sociosanitaria y trabajo en red.