El diputado de Acción Social, Sergio Murillo, informó ayer de que se han realizado ya test masivos para detectar coronavirus , lo que representa el 87% de los centros del territorio. En una comisión de las Juntas Generales celebrada ayer por la mañana, el responsable foral negó que la afección de la covid-19 haya distinguido entre centros públicos y privados, y avanzó que, si la tendencia actual se mantiene, esperan poder cerrar los centros de contingencia para positivos de Birjinetxe y Unbe este mismo verano. "Los servicios sociales han contribuido a frenar la expansión del virus y, siendo una red compleja, han sabido adaptarse y mantener la atención a las personas que no podían ser olvidadas y sabedores de que era la población más sensible al virus. Esto todavía no ha terminado pero los datos nos dicen que lo peor ya ha pasado", confió.

Sergio Murillo compareció ayer a petición de EH Bildu y el PP para dar cuenta de las medidas adoptadas por el departamento foral de Acción Social en la crisis del coronavirus -las primeras se tomaron ya el 28 de febrero-, así como de los test realizados a usuarios y trabajadores de las residencias de mayores y los recursos especiales habilitados en Birjinetxe, Unbe y Santurtzi. Tras recordar que la competencia de realizar los test de diagnóstico recae en el departamento de Salud del Gobierno vasco, explicó que se han realizado pruebas masivas, tanto a trabajadores como a usuarios, en 135 de los 155 centros de mayores del territorio. Priorizando aquellos en los que se han detectado casos positivos, se han realizado ya pruebas, tanto PCR como test rápidos, en todas las residencias de 4 de las 5 zonas sanitarias (Barakaldo-Sestao, Bilbao-Basurto, Ezkerraldea-Enkarterri-Cruces y Uribe) y únicamente restan un tercio de los 47 centros de la de Barrualde-Galdakao, que comprende también parte de Araba. Estos, dijo, se completarán la próxima semana. "Todos hubiéramos querido hacerlos antes pero ha habido muchos focos en esta crisis", admitió Murillo. De hecho, recordó que el departamento habilitó un dispositivo para realizar pruebas a trabajadores que se encontraban de baja, que ha realizado 1.148 pruebas, el 73% de ellas negativas.

De cara a iniciar la vuelta a la normalidad en el día a día interno de las residencias, Murillo anunció que la semana pasada se comenzaron a realizar cincuenta pruebas al día para garantizar que los usuarios han superado la enfermedad. "La desescalada de cara al exterior, como las visitas, probablemente tenga que esperar todavía", explicó. Ante las críticas de la portavoz de EH Bildu, Bea Ilardia, en el sentido de que el virus "sí ha entendido de gestión privada o pública", el diputado defendió que el porcentaje de contagio ha sido "el mismo. No hay evidencia suficiente de que el virus distinga entre residencias en función de su titularidad. En toda la red la distribución de casos es proporcional, sea residencia foral, municipal, concertada o privada", señaló, para explicar también que las residencias con mayores focos han coincidido con municipios en los que la transmisión también ha sido mayor, como Balmaseda, Basauri o Galdakao, por cercanía con la localidad anterior.

Birjinetxe y Unbe Respecto a las unidades especializadas de Birjinetxe y Unbe, para acoger a los usuarios de residencias contagiados, Murillo confió en poder cerrarlos este verano, si la tendencia epidemiológica sigue siendo positiva como hasta ahora. Además, insistió en su función "epidemiológica y clínica", y rechazó que fuera la de sustituir a los hospitales. "Nadie ha dejado de ingresar en un hospital si su estado lo requería para llevarle a estos centros", defendió rotundo. En Birjinetxe se ha atendido a 112 personas y a 47 en Unbe, mientras que en Santurtzi la ocupación media ha sido de ocho plazas.

Desde la oposición, la portavoz de EH Bildu consideró que esta pandemia ha evidenciado que "el sistema residencial de Bizkaia hace aguas por todas partes" y mostró sus dudas del control que se ha llevado a cabo sobre las residencias. "Hay algunas en las que no ha entrado el coronavirus, recordó. Para el apoderado del PP, Eduardo Andrade, es "preocupante" que en algunos centros todavía no se hayan hecho test y lamentó que "en esta crisis, si no es por los trabajadores de los centros y de las residencias, el sistema hubiese colapsado; son ellos quienes han salvado los muebles".