Nora Abete, la concejala de Movilidad y Sostenibilidad, ha reiterado que el Ayuntamiento de Bilbao no ha implantado la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) con un fin recaudatorio, sino con el de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Los datos, ha aseverado, así lo reflejan. “Después de un periodo de adaptación de unos tres meses, que estuvimos rondando las 1.600 sanciones diarias, la media de los primeros 12 meses nos dice que estamos en unos 75 sanciones diarias, es decir, un 0,16% del total de los acceso”, ha detallado. A su juicio, es una cifra “muy pequeña”, por lo que se sobreentiende “que la ciudadanía ha comprendido y comparte el objetivo de esta medida”.
Según lo dispuesto, las sanciones por el incumplimiento de la ordenanza a los vehículos que no estén autorizados a acceder a la ZBE no las impondrá el Consistorio, sino la Dirección General de Tráfico (DGT). De esa forma, lo establecido por la Ley de Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, indica que aquellos que se salten la norma se enfrentarán a una multa de hasta 200 euros que podría reducirse a 100 euros por pronto pago. Eso sí, quienes quieran beneficiarse de la bonificación del 50% no tendrán derecho a recurrir la multa, proceso que deberá llevarse a cabo en un plazo de 20 días hábiles desde la recepción de la notificación.
LECTORES DE MATRÍCULA
En el caso de Bilbao, Nora Abete, concejala de Movilidad, ha vuelto a recordar este miércoles que no son necesarias las etiquetas ambientales de la DGT para los vehículos menos contaminantes que tienen acceso sin restricciones a la ZBE. “En Bilbao el control de acceso se hace mediante lectores de matrícula”, ha expuesto en relación a las 27 cámaras que están instaladas los puntos clave del perímetro como Doctor Areilza, Gran Vía o Bailén. De esa forma, no portar la pegatina no conllevará ninguna sanción, aunque en las oficinas de Correos es habitual, año y medio después de su implantación, que se ofrezcan a los clientes.