Ceños fruncidos y muecas de sorpresa. La entrada en vigor de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) en Bilbao ha llegado evidenciando el desconocimiento de la normativa por parte de la población. La primera jornada efectiva de la ordenanza que restringe el acceso de los coches más contaminantes a Abando e Indautxu ha transcurrido con absoluta normalidad. Tanta normalidad que cualquiera hubiera podido pensar que nada ha cambiado. Sin embargo, desde este lunes, cerca de un 14% del parque circulante de Bilbao tiene vetado el acceso al centro. Y no es que la ciudadanía, en general, ignore los pormenores del reglamento, sino que muchos de los colectivos susceptibles de tener que realizar algún tipo de tramitación se han desentendido completamente. Dan por hecho que irán a remolque, sobre la marcha. 

Es el caso de Traumatología Euskalduna, una clínica ubicada en la calle Euskalduna. “Como trabajadores no nos afecta”, expone Silvia Díez, quien afirma que tienen muchos pacientes residentes en la ZBE, con lo que tampoco les incumbe, al menos de momento. No obstante, en cuanto a aquellos que acuden de fuera de la ciudad, reconoce que hay muchos con vehículos antiguos. “De momento nadie nos ha pedido una autorización”, apunta desde el centro médico en el que podrían tramitar, igual que los centros veterinarios, accesos puntuales de los pacientes a través de la App creada por el Ayuntamiento con ese fin. “Durante la pandemia nos habituamos a gestionar justificantes”, añade Díez. En un centro dermatológico del centro reconocen que están aún más verdes: “Nos hemos enterado de lo que es la ZBE hoy por unos proveedores”. 

LOS MÁS PREVISORES

Donde se lo han tomado más en serio es en las empresas de mensajería. Roberto Anacabe, supervisor de DHL Express, responde con la tranquilidad de quien ya ha hecho los deberes. “En el centro de Bilbao tenemos tres vehículos. Uno es eléctrico, en septiembre adquiriremos otro y, el año que viene, otro más”, explica desde la céntrica calle de Alameda de Urquijo. “Nosotros ya nos estamos electrificando”, asevera este supervisor, que sabe que en cualquier caso los vehículos de reparto de mercancías cuentan con una moratoria.

Gorka Arranz, del Garage Saez, manos a la obra con un Land Rover sin etiqueta. Pankra Nieto

En los talleres mecánicos también llevan la delantera, por la cuenta que les trae. Gorka Arranz, del Garage Sáez, ha acudido hasta en dos ocasiones a la oficina de información municipal del número 7 de la calle Ripa. “El parque móvil que tenemos es bastante actual, pero de los siete coches que tengo en el taller ahora dos no tienen etiqueta y otros cuatro son de etiqueta B”, afirma el mecánico, que está recibiendo muchas llamadas de los clientes estos días. “Les digo que el problema, indirectamente, lo tenemos nosotros, que tenemos que gestionar las invitaciones. Cuando pruebo los coches salgo hasta en tres ocasiones y entro por Autonomía, con lo cual me fichan la matrícula tres veces. Por lo que me han dicho, la invitación sería para todo el día”, explica el responsable de Garage Saez, quien ya se ha descargado la App aunque aún no ha podido darse de alta. Es más, todavía no ha resuelto todas sus dudas: “¿Las autorizaciones las tengo que gestionar con antelación? Porque si una grúa me trae un vehículo de urgencia...”, deja en el aire.

OTROS NEGOCIOS

Los establecimientos hoteleros son otro de los negocios que contarán con autorizaciones ilimitadas para los vehículos de tipo A y sin distintivo. En la recepción de uno de los hoteles más importantes de la villa, que cuenta con garaje privado, no tienen conocimiento sobre estos permisos que pueden proporcionar a sus clientes. En otro establecimiento del centro, a pesar de tener haber escuchado sobre la ordenanza, no esconden que van a aprovecharse de la laxitud que ofrece el texto. Es decir, sabiendo que el régimen sancionador no entra en vigor hasta el 15 de septiembre, se tomarán su tiempo para darse de alta en la oficina de atención o en la web municipal.

Auxi Puebla de la Fuente, directora de Gurena Residencia, en la calle Gregorio de Revilla, asevera que ya habían previsto un escenario con la entrada en vigor de la ZBE. “Muchas veces los ingresos vienen en ambulancia, pero hay gente que viene de domicilio en coches de particulares o taxis, si vienen en sillas de ruedas”, indica sobre los vehículos que, además, tienen que estacionar en una calle peatonal, aunque sea en un breve lapso de tiempo. Sin embargo, la directora del centro desconocía que tenían capacidad de tramitar autorizaciones cuando existen problemas de movilidad temporal o permanente que impiden su traslado en transporte público. “Hay familias que vienen a ver a los residentes o, a veces, se los llevan a comer y luego los traen de vuelta”, evidencia.

COMERCIOS Y HOSTELERÍA

Beñat Landa, tras el mostrador del bar Ziripot, en la calle Licenciado Poza. Pankra Nieto

Otro colectivo que parece que se suma a la procrastinación a la hora de hacer trámites es el de los hosteleros. “Mi coche es de 2015 y tiene una pegatina C”, asegura Beñat Landa, propietario del bar Ziripot, en Licenciado Poza. La norma tampoco afectará a sus empleados, ya que la mayoría acuden a su puesto de trabajo en transporte público. En cuanto a las seis invitaciones que puede tramitar, igual que los comercios y los residentes, afirma que aún no han llevado a cabo ningún trámite. “Habrá que espabilar”, reconoce. En Covent Garden tampoco han movido ficha en ese sentido, admite el encargado Xabier Ibarguren. “Si sales a las dos de la mañana y no puedes volver a casa en coche es un fastidio”, expone una de las camareras, propietaria de un coche contaminante, quien a lo largo de la conversación descubre de que puede obtener una moratoria por trabajar en un local de hostelería de la ZBE. 

Jorge Aio, gerente de Bilbao Centro, reconoce que en las últimas semanas han sido numerosas las dudas que los comerciantes les han trasladado. “Muchas de ellas vinculadas a la necesidad de tener que cambiar los vehículos”, evidencia el responsable de la asociación, desde la que indican que hay preocupación por el hecho de que los proveedores puedan acceder a la ZBE. “Con seis invitaciones mensuales no les llega”, indica Aio. En cualquier caso, lo que más inquietud genera a los comerciantes es la posibilidad de que los compradores potenciales dejen de acudir al centro de Bilbao.