Acoger y orientar. Estas son las principales objetivos con los que abrió sus puertas hace seis meses el primer Harreragune de Euskadi en Bilbao. Durante este tiempo, se ha dado de alta a 1.960 personas inmigrantes en la base de datos, aunque han sido muchas más las que han recibido ese servicio de acogida y orientación. El perfil mayoritario corresponde a un hombre, de entre 26 y 35 años, procedente de Marruecos, Colombia, Argelia, Venezuela o Perú. Este servicio, creado por el Gobierno vasco y el Ayuntamiento de Bilbao, gestionado por Zehar Errefuxiatuekin, está basado en otros modelos implantados en ciudades europeas y nace con la vocación de extenderse a otras urbes de Euskadi. 

Según ha detallado esta mañana Beatriz Gorriti, coordinadora de Harreragune, las 1.960 personas que han sido dadas de alta son “quienes cumplían con los requisitos”, es decir, “residían en Bilbao”. En ese sentido, ha apuntado a que aquellos migrantes que llegan desde otras localidades, principalmente buscando asesoramiento jurídico, se les atiende para derivarlo a otros servicios. “Al día siguiente de llegar a Bilbao ya vienen aquí”, ha aseverado la coordinadora, quien ha apuntado que las principales demandas con las que llegan son asuntos jurídicos, sociales, cobertura de necesidades básicas, vivienda, empadronamiento, formación, empleo, homologación de estudios, atención sanitaria o aprendizaje de castellano.

PERFIL DEL USUARIO

En ese sentido, ha concretado que el 62% de las personas atendidas han sido hombres, mientras que un 38% eran mujeres. Asimismo, el 36% tenía entre 26 y 35 años; el 26% estaba en el intervalo de 36 y 45 años; un 21% tenía entre 18 y 25; y un 12% entre 46 y 55 años. Las personas procedían de 70 países diferentes siendo Marruecos, Colombia, Argelia, Venezuela y Perú los principales países de procedencia. “En Harreragune las personas no necesitan cita previa y la espera media para ser atendidas es de 9 minutos”, ha detallado Gorriti, quien ha matizado que el tiempo medio de atención es de 34 minutos. 

Así, ha precisado que el servicio de atención jurídica de la céntrica oficina ubicada en Colón de Larreategui ha realizado 953 actuaciones a 628 personas. En su mayoría han sido consultas relativas al arraigo por formación y la posibilidad de modificarlo en una autorización de residencia y trabajo. Asimismo, el servicio de atención formativa ha registrado 516 actuaciones a 416 personas, entre las que un 78% estaban relacionados con formación. En lo que respecta al servicio de reagrupación familiar, en marcha desde el 11 de marzo, se han atendido a 19 familias. En palabras de Gorriti, el 63% de las familias ya habían reagrupado a sus descendientes y el 37% de los casos atendidos se trataba de familias que aún no habían reagrupado a sus descendientes.

COMUNIDAD DE ACOGIDA

“Me gustaría destacar la dimensión humana y absolutamente transformadora de la acogida. Si pensamos en su definición, es el recibimiento u hospitalidad que ofrece un lugar o persona. Para Bilbao, Euskadi, la acogida es un compromiso ético, estructural de hospitalidad enmarcado dentro del pacto social vasco”, ha aseverado Iñigo Zubizarreta, concejal de Derechos Humanos, Convivencia, Cooperación e Interculturalidad, quien ha destacado que “es un imperativo para crecer como sociedad y garantizar la cohesión social, para no ser solo ciudad de llegada, sino comunidad de acogida”.

En la misma línea, Ignacio Fariña, director de Acogida e Integración de las Personas Inmigrantes de Gobierno Vasco, ha indicado que “una persona que inicia un tránsito migratorio vive momentos en los que necesita que alguien le reconozca, le informe y le oriente”. Con esa voluntad nació el primer Harreragune de Euskadi, como réplica de modelos que ya estaban en marcha en ciudades como Londres, Milán o Barcelona. La idea es que el proyecto piloto puesto en marcha en Bilbao sea evaluado en el plazo de dos años para después abrir otros centros en el resto de capitales vascas e, incluso, en aquellas localidades de más de 20.000 habitantes susceptibles de poder sacarle rendimiento. “Nos mueve la firme convicción de que si somos capaces desde el acogimiento de facilitar los procesos a la ciudadanía de participación social construiremos una sociedad mejor”, ha concluido Fariña.