Los premios no llegan de la nada; detrás se esconden años de trabajo, de muchas horas en vela y de más de un dolor de cabeza. Pero, pese a todo, merece la pena los resultados. A los cuatro protagonistas de esta historia les han unido los premios que anualmente concede Bilbao Dendak a los comerciantes y a los hosteleros de la villa. En torno a una mesa Javier, Elena, Guillermo y Mikel, -tres comerciantes y un hostelero- desgranan para DEIA la historias que han marcado sus vidas profesionalmente y que han dado sentido a negocios con alma.

Javier Bustamante, es un periodista al que sus problemas de espalda le llevaron a montar un negocio de calzado saludable hace nueve años; Mikel Martínez es un veterano actor que busca tras la barra del bar familiar, ubicado en la Plaza Nueva, la mejor sonrisa de sus clientes. Elena Suescun Mangas, una enamorada de la comida saludable, empezó vendiendo los productos que su padre cultivaba en la huerta. Hace dos años abrió su segunda tienda de productos ecológicos y eligió Bilbao para hacerlo. Y, por último, pero no por eso menos importante, Guillermo Bustamante. Un especialista en moda de hogar, hijo de una familia trabajadora, dedicada desde 1961 a la decoración que ha dado junto a sus dos hermanos continuidad a Tapicerías Ricardo, negocio con esencia y de referencia en la villa. “Hay que darle el mismo trato a una persona que viene a comprar un cojín como al que viene a cambiar las cortinas de casa”, destaca con rotundidad Guillermo. Cercano, diferente y variado. Esos son los elementos que, en opinión de los cuatro premiados se repite en sus trayectorias profesionales. Las claves del éxito que la otorgan, no los premios, sino la confianza que los clientes depositan en ellos. “Somos unos frikis del comercio y de la hostelería”, comentan con humor. “Seguimos adelante porque el trabajo nos apasiona”, dice Guillermo Bustamante, de Tapicerías Ricardo.

Pasión, tesón y constancia forma parte de su día a día. Cada uno en su ámbito ha sabido sortear con destreza los problemas derivados de la crisis que ha azotado duramente el sector. A pesar de ello, coinciden al asegurar que no hay nada que no se pueda superar si se trabaja con seriedad. “Esto no es fácil. Para conseguir hacerte un hueco hay que dedicarle muchas horas y dejar en el camino otras muchas. Hay quien piensa que con montar un negocio en una zona céntrica basta, pero no”, dicen.

Bilbao Dendak ha valorado el esfuerzo y la dedicación de estas cuatro personas que no se achican ante nada y han logrado sacar adelante un negocio con esencia. Elena decidió en plena crisis ampliar su negocio y abrir una tienda de productos ecológicos en la calle Henao de Bilbao. “Mis amigas me decían: ¿Estás loca? Yo no me aburro y siempre estoy pensando en cómo mejorar y en encontrar productos diferentes para mis clientes que son los que realmente me importan”. Especializada en productos naturales y ecológicos, Elena abrió su primera tienda en Gasteiz hace 25 años. Ahora, a sus 57, no piensa en la jubilación, sino en ofrecer un servicio de calidad a quien acude a sus negocios. De hecho, reconoce que lo que más le preocupa es que quien vaya a su tienda en busca de productos que le mejoren la salud encuentren “un buen asesoramiento”. “Me encantaría estar en las dos tiendas, pero es imposible. Mis clientes necesitan información, no basta con tener productos y venderlos. El trato exclusivo es fundamental”, dice. Para Mikel Martínez también es importante que los clientes que entran en el bar restaurante Bilbao, ubicado en la Plaza Nueva, se sientan especiales. “Intento que este sitio envuelva a los clientes, les haga relajarse. Aquí no hay televisión, para que la gente pueda leer el periódico, charlar...”, describe.

La música que suena a través del hilo musical la selecciona el propio Mikel. Sonidos tradicionales, de cantautores vascos son sus preferidos. El bar restaurante Bilbao es un txoko abierto a todos. “Además de ofrecer un buen café y de preparar buenos pintxos hay que cuidar otros detalles que hacen del espacio un negocio diferente”, prosigue este actor que luce con orgullo el traje de hostelero heredado de su aita, Pedro. Pese a que su verdadera vocación es ser actor, “a mí lo que me gusta es subirme a un escenario y contar historias”, Mikel ha conseguido combinar ambas actividades y dotar a su bar de espectáculos de pequeño formato.

Problemas de salud

Javier Bustamante, periodista de profesión, tampoco había imaginado que terminaría especializándose en la venta de calzado saludable. Sin embargo, caprichos de la vida, un problema le salud le llevó hace nueve años a encontrar una oportunidad de negocio. “Llevaba años con dolor de espalda y descubrí una firma de zapatos que facilitaban el pisado y, por lo tanto, ayudaban a corregir los dolores de espalda. Me fui a Barcelona a buscarlos”, cuenta. A partir de ahí empezó a darle vueltas a la posibilidad de abrir un negocio con calzado saludable. “Si me ha ido a mí bien, le puede ir a más gente”, dice. Dicho y hecho. En un sótano, ubicado en una calle sin nombre en el barrio de Deusto, Javier, atiende a sus clientes. “Si alguien viene y me dice que tiene un problema de espalda y no tengo claro que le vaya a ir bien con un zapato, no se lo vendo. He hecho cursos, me he informado y me he especializado”, afirma. Bustamante reconoce que la venta on line ha sido un descubrimiento y una buena fórmula para mantenerse en esos años en los que la crisis ha bajado las ventas. Y de un Bustamante a otro, en este caso un profesional en la moda de hogar. Para Guillermo, de Tapicerías Ricardo estar en las redes sociales es imprescindible para darse a conocer. “Es un paso que ayuda a los comerciantes”, dice. Sus padres iniciaron el negocio en una pequeña lonja, situada frente a los desaparecidos cines Mikeldi. “Cuando la gente salía de los cines, mis padres, sacaban las moquetas a la calle para cortarlas”, recuerda con emoción. Era otra época.

Hace un año decidieron echarse la crisis a la espalda y trasladar su local de Alameda de Urquijo a Alameda San Mamés, pero eso sí, con la misma filosofía con la que sus aitas dieron vida al negocio, primando la atención al cliente. Estamos muy contentos con el premio. Algo estaremos haciendo bien, ¿no?”, lanza con una sonrisa en su rostro. Solo les queda seguir trabajando para ser diferentes, dotando al tejido comercial de la villa de negocios con alma.