CÚRCUMA, papayuela, quinoa, leche de arroz... ingredientes desconocidos en la mayoría de las cocinas vascas se fusionaron ayer con productos autóctonos para la elaboración de distintos platos de lo más suculento. Con el objetivo de concienciar a la ciudadanía de la importancia de integrar otro tipo de alimentos en la dieta diaria, el chef Fernando Canales, responsable del restaurante Etxanobe, compartió fogones ayer con Rubén Castillejos, miembro de Food por Freedom Asociación Cooperativa, en las inmediaciones del Teatro Arriaga. Más allá de la apología de una dieta variada, la demostración de arte culinario realizada por ambos cocineros estuvo aderezada con grandes dosis de sensibilización acerca del origen de los productos que habitualmente se consumen en la sociedad. La inauguración de la XII Semana de Comercio Justo de Bilbao merecía tal exhibición y llamamiento.
Bajo el lema Un buen paso para Bilbao, un año más, la iniciativa que se celebrará a lo largo de todo el fin de semana reivindica el consumo de comercio justo como alternativa al comercio convencional con el objetivo de respetar a las personas y el medio ambiente y promover relaciones equitativas de intercambio. “Se debería concienciar a la gente para que conozca el origen de lo que compra. Cuando la gente va a hacer la compra, ¿nadie se pregunta cómo es posible que eso que tiene tanto trabajo sea tan barato? La dignidad del productor pasa por el precio en el que se venden sus productos”, advirtió Canales entre la preparación del palmito con pilpil de setas y el bacalao con cúrcuma que todos los asistentes tuvieron oportunidad de degustar.
Para la elaboración del primer plato, Luis Crovetto, del Banco de Alimentos de Bizkaia, y Oihane Agirregoitia, concejala de Igualdad, Cooperación y Ciudadanía de Bilbao, hicieron las veces de pinches. “Este año, de alguna manera, queríamos relacionar el consumo de productos de comercio justo con el consumo de productos locales, ya que comparten objetivos en lo que respecta a unas condiciones dignas de trabajo y de salario en la cadena de producción”, indicó la edil instantes antes de batir los ingredientes en el escenario improvisado de la instalación donde se han dispuesto once puestos para las ONGD que “forman parte de un equipo de trabajo continuo a lo largo del año”.
En el espacio de Mercadeco, Aitor Gallarreta vendía diferentes productos textiles, artesanales y alimentarios de Latinoamérica, principalmente de Perú y Ecuador. “El comercio justo es una manera de ayudar al productor necesitado; el objetivo es no encarecer el producto a través del intermediario, para que el precio final sea real y los productores tengan un sustento para seguir trabajando”, explicó Gallarreta, acostumbrado a tratar con clientes en la tienda fija que disponen en Deusto. “No solo nos dedicamos a la venta, también intentamos concienciar a la gente”, expuso antes de matizar que en los últimos años se ha hecho una gran labor en ese sentido.
La carpa instalada en El Arenal acoge también la exposición Te damos 10 razones para consumir Comercio Justo, una recopilación de ilustraciones creadas por diez humoristas gráficos como El Roto, Idigoras y Pachi, y Forges. Además, durante hoy y mañana habrá proyecciones, danzas indias, concierto con sketches o teatro con marionetas, entre otras actividades de carácter reivindicativo.
Educación Amenizadora oficial de la exhibición gastronómica, Mari Tere (encarnada por una actriz de Hortzmuga Teatroa) se las ingenió para buscar un voluntario de lo más especial. Johnson, un activista colombiano de Marcha Patriótica, subió al entarimado a ayudar al equipo de Canales ataviado con una cámara colgada del cuello. Lejos de ser el típico turista, el voluntario espontáneo aprovechó para denunciar los tratados de libre comercio, una realidad que afecta de sobremanera a los agricultores de su país. “Luchamos a favor de los derechos de la población indígena, que sufre una represión muy fuerte por parte del gobierno”, manifestó.
Las consignas reivindicativas también estuvieron secundadas por el cocinero guerrillero Castillejos: “Si tu no robarías, ¿comprarías a alguien que está robando? Si lo que vemos no nos gusta necesitamos cambiar de plano desde la cocina de nuestra casa”. En la misma línea, el chef del restaurante Etxanobe aludió a la importancia de la formación. “Dentro de la educación gastronómica, ¿por qué no implantamos que comamos productos como la cúrcuma?”, cuestionó Canales, haciendo mención a las numerosas propiedades medicinales de esta planta procedente de la India y capaz de sustituir a ciertos fármacos. Según el chef, la ingesta diaria de productos que normalmente no se consumen mediante una “implantación cultural” podría suponer una revolución del comercio justo.
Siendo conscientes de que a menudo los problemas que atañen a los productores de continentes lejanos son semejantes a los que afectan a los oriundos, Castillejos no quiso olvidarlos: “Es muy difícil estar en el campo produciendo verduras para nosotros, más vale que les apoyemos porque el día que se cansen... ¡A ver qué comemos!”.