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El Surne Bilbao Basket y su escaso y desigual acierto en el triple

El conjunto vizcaino solo ha superado el 33% de efectividad en cinco de los veinte cuartos jugados en la Liga ACB. En ocho no ha alcanzado el 20%

El Surne Bilbao Basket y su escaso y desigual acierto en el tripleACB Photo/J. Alberch

El Surne Bilbao Basket dejó escapar el sábado en Manresa la oportunidad de volver a ganar en Liga Endesa lejos de Miribilla más de 300 días después. En un encuentro con importantes claroscuros en el que llegó a perder por once puntos en el tercer cuarto para darle la vuelta al marcador, vencer por siete en el amanecer del último y entrar en ventaja a los dos minutos finales (72-76), su gestión de esos compases decisivos fue errática, tal y como reconoció Jaume Ponsarnau en su rueda de prensa posterior a la contienda. Jugarse el todo o nada exclusivamente a partir del juego uno contra uno de Darrun Hilliard no ofreció ningún beneficio porque el estadounidense, clave en la remontada y llamado a jugarse esas bolas calientes, no estuvo nada acertado en ese tramo del choque.

Tampoco fue en absoluto rentable el abuso del triple. Desde que Luke Petrasek colocó ese esperanzador 72-76 a 1:41 del final con una canasta cerca del aro a pase de Tryggvi Hlinason, el conjunto vizcaino solo tiró desde más allá de la línea de 6,75. Lo hizo en cuatro ocasiones y falló las cuatro, dos de Hilliard y otras tantas de Harald Frey, incluido el último balón del duelo que pudo haber dado el triunfo a los suyos. En el cuarto final del Nou Congost, los hombres de negro acabaron con un deficiente 17% en triples (2 de 12) por un 63% en lanzamientos de dos puntos (5 de 8).

Sostenibilidad

El Surne Bilbao Basket está muy lejos de ser sostenible en una faceta del juego en la que creía haber mejorado con los cambios introducidos en la plantilla el pasado verano. No es solo que el acierto desde la línea de tres puntos esté siendo llamativamente escaso en estas cinco primeras jornadas de la Liga Endesa (26,9%, penúltimo de la competición), sino que además está siendo terriblemente irregular, con enormes altibajos dentro de los partidos. De los veinte cuartos que ha disputado hasta el momento, solo en cinco ha superado el 33% de acierto, mientras que en ocho ni siquiera ha llegado al 20%, teniendo estos vaivenes incidencia directa en sus acelerones y frenazos en el marcador, sobre todo en el aspecto negativo y en los choques a domicilio.

Como local

En Miribilla, los de Ponsarnau consiguieron superar al San Pablo Burgos pese a su horrible 6 de 29 en triples (25%, 27%, 13% y 17% en la distribución de efectividad por cuartos) porque no bajaron del 60% de acierto en los lanzamientos de dos puntos en ningún tramo del partido, mientras que contra el Morabanc Andorra registraron el único partido con dos actos por encima del 33% desde la larga distancia. Únicamente el rendimiento en el primero (2 de 11) desentonó dentro del 10 de 31 global.

A domicilio

La escasísima constancia desde la línea de 6,75 metros se acentúa en los encuentros como visitante, directamente unida además a sus idas y venidas en el luminoso, evidentemente junto a otros factores. Ya en el estreno contra el Unicaja, solo fue efectivo en un tercer cuarto (2 de 4) en el que llegó a reducir a solo dos puntos una desventaja que había sido de doce, pero el 4 de 19 en el resto del choque, sobre todo el 1 de 7 en el acto final, acabó pasando enorme factura.

En Badalona, el sonrojante primer acto sin canastas en juego, incluido un 0 de 5 en triples, desembocó en una desventaja de 28 puntos que los de hombres de negro llegaron a reducir a la mitad gracias a un segundo cuarto con un excelente 5 de 8 (63% desde la larga distancia), antes de que regresara el desacierto, 3 de 12 tras el descanso, y el Joventut volviera a arrollar. Y en Manresa la dinámica no cambió en absoluto. Solo se salvó el tercer cuarto (4 de 8) resuelto con un +11 para los de Ponsarnau. ¿El resto del duelo? 4 de 25 y +13 para los de Diego Ocampo.