Kao, como le llaman en Manresa, tiene muelles en las piernas. No es de extrañar ya que sus primeros escarceos con el deporte los realizó a través del salto de altura. Kao es Kaodirichi Nkemjika Akobundu-Ehiogu, pívot de 2,08 metros nacido en Lagos, la capital de Nigeria, hace 26 años y que en su debut en la Liga Endesa está llamando la atención con acciones de enorme plasticidad. Varias de ellas le han mostrado descolgando balones para anotar o poniendo tapones a una altura considerable, bastante más arriba de los 3,05 metros reglamentarios que separan la canasta del suelo.
El jugador nigeriano, que disputó este verano el Afrobasket con su selección, ha metido hasta ahora doce canastas en dieciséis intentos en su primera campaña en el Manresa y diez de ellas han sido mates. Además, marcha tercero en la lista de tapones, con 1,8 por partido, por detrás de otros dos africanos: el sursudanés Kur Kuath y el caboverdiano Edy Tavares. Su altura y envergadura recuerdan a otros jugadores del mismo perfil, longilineos y de escaso peso, que han pasado por el Nou Congost en las últimas temporadas y que encajan en el estilo del equipo, en el que la velocidad y la amplitud de espacios priman sobre el tráfico pesado de la zona. Akobundu promedia 7,5 puntos, pero solo 2,8 rebotes, lo que revela dónde está su margen de mejora.
En realidad, su desarrollo va acorde con el significado de su nombre, paciencia, y con su tardía llegada al baloncesto, que se produjo a los 14 años cuando llegó a Estados Unidos. De hecho, no lo conoció hasta que cogió un balón ya que como tantos jóvenes africanos su primer deporte de equipo fue el fútbol. Entre los trece y los dieciocho años creció desde 1,62 a 1,98 y tuvo que decantarse por el baloncesto en su etapa escolar y su primer entrenador fue su primo.
Tras dedicar toda la temporada 2019-20 a pulir su técnica individual, en la siguiente ingresó en Texas-Arlington donde ya empezó a crearse fama como gran taponador. En su primer curso, tuvo diez partidos con más de tres tapones, en la siguiente elevó la cuenta a trece, lo mismo que en la tercera. De Texas marchó a los Tigers de Memphis para concluir su etapa universitaria a las órdenes de la leyenda de la NBA Penny Hardaway. Allí mantuvo su reputación de gran intimidador y llegó a colocar siete tapones en un partido ante Alabama State. Su primer destino profesional fueron otros Tigers, los de Tubingen en Alemania, y la pasada campaña militó en el Varese italiano, cuyo estilo de juego se asemeja al que practica el Manresa. Mientras añade recursos a su juego, a Akobundu-Ehiogu hay que buscarle cerca del techo de los pabellones de la Liga Endesa.
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