El director deportivo del Bilbao Basket, Rafa Pueyo, analiza la final que vivirá de nuevo el Bilbao Basket, en esta ocasión ante el PAOK Salonica. La ida será este miércoles en Miribilla, mientras que la vuelta se jugará el tierras helenas el próximo 23 de abril.

¿Qué supone para el Bilbao Basket desde el punto de vista deportivo disputar esta final de la FIBA Europe Cup?

­­Lo vemos como un paso más en nuestra trayectoria. El año pasado disputamos las semifinales y quizás no le dimos el valor suficiente. Creo que jugar la final supone valorar la competición porque sabemos lo difícil que es llegar, lo que nos ha costado. Es algo muy positivo para el club, es algo que notamos en la calle. La calle te da la enhorabuena, está sorprendida de la remontada contra el Dijon y en la ciudad se vuelve a hablar del Bilbao Basket y eso es algo muy positivo.

También es algo injusto que solo llegar a la final sirva para destacar todo el esfuerzo que hay detrás.

Es así, durante la temporada se pone en duda, sobre todo si las cosas van mal, si es bueno o no jugar Europa y yo creo que este momento nos refrenda en que es una decisión adecuada, siempre que te lo ganes deportivamente. De esa manera, podemos ofrecer a nuestra afición momentos como el del otro día que solo se pueden dar en Europa. El sistema de competición te permite tener estas eliminatorias de ida y vuelta que nos ha permitido hacer la proeza dos años seguidos de remontar diecinueve puntos.

¿Y en lo que es su trabajo, la gente con la que trata, ha notado que esta final pone al Bilbao Basket en otro estatus?

Bueno, se nota la repercusión porque recibí muchos mensaje de felicitación y de ánimo que alaban el mérito de la remontada ante el Dijon: agentes, otros directos deportivos, ojeadores de la NBA… Jugar esta final nos pone en el escaparate y eso siempre es bueno porque seguro que a muchos jugadores ya les suena más el nombre del Bilbao Basket y a nuestros propios jugadores les puede motivar que el club tenga ambición por ganar un título.

¿Diría que esta competición está hecha a la medida de las posibilidades actuales del Bilbao Basket?

Nosotros queremos estar donde lo consigamos deportivamente. Las dos últimas temporadas ha tocado jugar esta competición porque es la que nos habíamos ganado. En este sentido, nos viene a medida porque lo hemos demostrado en la pista. Ojalá podamos aspirar a otra competición porque quedemos más arriba en la liga, pero me doy por satisfecho porque creo que es una competición que podemos ganar. Siempre es bonito y difícil ganar y hay que darle el mérito que tiene porque en los últimos años la FIBA Europe Cup ha subido su nivel con equipos de ligas fuertes y llegar a la final compensa el esfuerzo de tener que afrontar viajes muy largos y jugar ante equipos que están uno o dos escalones por debajo. Pero esos partidos sirvieron para que algunos jugadores tuvieran minutos, crecieran y nos hayan dado momentos muy buenos.

Usted estuvo en la final de Charleroi y antes en Turín y Gasteiz, donde el equipo llegó a las puertas de la final. ¿Se parece este momento a aquellos?

Cada momento es diferente y para mí ahora la gran diferencia es el formato de ida y vuelta. No estamos muy acostumbrados a ello en el baloncesto, pero creo que esta puede ser más bonita porque vamos a jugar la mitad de la final ante nuestro público y con una ciudad volcada. Eso lo hace más atractivo. En Charleroi, probablemente, el potencial del equipo era mayor, pero también el de los rivales. Ahora creo que ante el PAOK tenemos opciones de ganar como entonces.

La primera gran experiencia europea del Bilbao Basket fue la Final Eight de Turín, una cita de máxima ilusión.

Era nuestro debut en competición europea y conseguimos meternos entre los ocho mejores y luego entre los cuatro de un torneo de mucho nivel. Nos ganó en semifinales el Khimki que dirigía Scariolo y en el que jugaban, entre otros, Garbajosa o Delfino. Hicimos una gran competición y el premio fue llegar a Turín, donde además se creó una de las primeras peñas del club. Fue una experiencia muy buena.

Pueyo recuerda la "misión imposible" que supuso remontar al Dijon en semifinales. Jose Mari Martínez

Al año siguiente, el Bilbao Basket llegó a la Final Four de Gasteiz, pero tras una temporada complicada.

Todos teníamos mucha ilusión porque se jugaba a menos de una hora de Bilbao y como en casa. Pero llegamos muy tocados físicamente y creo que también nos pudo la presión. Éramos favoritos contra el Alba Berlín, pero el partido no empezó bien y no nos salió nada en un partido a pocos puntos. Aspirábamos a jugar la Copa contra el Valencia, pero no pudo ser. Adam Chubb nos hizo polvo aquel día.

En 2013, llegó la final de Charleroi, que tampoco se afrontó de la mejor manera.

Hubo mucha gente de Bilbao, pero el pabellón no estaba lleno porque no había apenas aficionados rusos. Fue una sensación muy extraña para una final, en la que esperas ver el campo lleno. Agradecimos mucho el desplazamiento masivo, pero el Lokomotiv tenía mejor plantilla que nosotros. En Charleroi, por ver tanta gente nuestra allí, nos vimos más obligados, también con demasiada presión y no estuvimos bien. Además, el Lokomotiv tenía un equipazo, Calathes dominó y ellos fueron mejores.

Todo esto refuerza la importancia de llegar bien a las finales. ¿Es el caso del Bilbao Basket para esta final?

Hemos tenido bajas muy importantes como Hlinason y Jones, aunque este ya se ha recuperado. En ese sentido, no llegamos bien del todo, pero sí en el aspecto anímico, que es también muy importante. Otros jugadores, no solo Sylla y Bagayoko, han dado un paso adelante en confianza en estos partidos y esperamos que esta confianza se refuerce y no tener más percances.

A la hora de la verdad, el equipo ha demostrado mucho carácter. Porque remontó 19 puntos al Dijon, pero también había salido de un gran apuro en el último cuarto en Bursa.

Creo que la eliminatoria ante el Tofas, los dos partidos, tiene mucho mérito porque pienso que era el mejor equipo de la competición, jugador por jugador. El partido de allí se nos puso muy cuesta arriba en un ambiente difícil, pero el equipo sacó personalidad, no bajó los brazos y conseguimos sacar la eliminatoria. Ese carácter se multiplicó contra el Dijon, no por remontar, sino porque el equipo persistió cuando las cosas no salían. El Dijon se agarró al partido y a cinco minutos parecía una misión imposible, excepto para los jugadores y los técnicos que creyeron hasta el final.

¿Cómo puede ayudar a afrontar la final el hecho de estar prácticamente salvados en la Liga Endesa?

A ver, es evidente que el principal objetivo de la temporada que es salvarnos está casi conseguido. Eso hace que nos podamos centrar más en la final. Pero yo siempre he creído que no es bueno reservar jugadores o no ir a tope en el partido anterior a la final. Creo que eso nos pudo perjudicar en esas ocasiones anteriores, pensar demasiado en esos partidos nos hizo no llegar bien preparados. Pero estar casi salvados nos quita presión y nos da mucha confianza haber ganado al Gran Canaria con solvencia y haber competido muy bien en Andorra.

¿Siente que esta final supone un espaldarazo, una recompensa a su trabajo?

En el deporte profesional todo se juzga desde el resultado. Es lo más fácil. Ganar claro que ratifica que estamos haciendo bien las cosas. Hemos hecho una plantilla larga y compensada y pese a las lesiones siempre hemos jugado de una manera equilibrada, no hemos tenido que mover a nadie de posición. Y con Cazalon estamos viendo que tiene calidad, pero no es fácil llegar a la ACB y rendir de forma inmediata y menos en un equipo como el nuestro que apuesta por un juego coral. Pero esperamos que de aquí al final de temporada aún pueda darnos más, sobre todo en los partidos de la final.

¿Qué se puede esperar del PAOK Salónica?

Es un equipo muy peligroso, sobre todo en su cancha, y fuera, como todos, baja su rendimiento. Sin embargo, ha llegado a la final ganando en Cholet, hay que tenerlo en cuenta. Tienen mucha anotación con sus jugadores americanos. Especialmente Frank Bartley me parece un jugador de altísimo nivel. Pero su termómetro es Dimitris Katsivelis, veterano base griego que hace de todo, tiene mucho carácter y tira del equipo en los momentos duros. Nos van a poner dificultades y hay que sacar un buen resultado en Bilbao porque el ambiente en Salónica hace que ellos suban su nivel.