Sa ha hecho de rogar durante un mes y medio largo, desde el 2 de noviembre, pero al fin el Bilbao Basket pudo celebrar su victoria 300 en la Liga Endesa, la cuarta de esta temporada. Lo hizo, además, ante su afición en un día complicado por el desapacible tiempo que acompañó las horas previas y en un partido que los hombres de negro afrontaron desde posiciones de descenso. En esa situación, el equipo bilbaíno volvió a mostrar su imagen más sólida, como si enfrentarse a las dificultades le hiciera sacar lo mejor de sí mismo. O quizás también influyeron factores externos como que, unos metros arriba del Bilbao Arena, la suerte sonriera al barrio de Miribilla en la lotería, o que Zoran Dragic jugara su mejor partido desde que está en Bilbao el día en que le visitó su familia, entre ellos su hermano Goran, una leyenda de la NBA y del baloncesto europeo al que habrá que pedir que se pase más a menudo por la ciudad.

Ya llueve un poco menos, pero conviene tener cerca el paraguas del buen juego y el trabajo concienzudo porque la competición no perdona y ocho equipos están separados por solo una victoria y el Manresa, por ejemplo, está noveno a dos triunfos de distancia. Romper la racha de cinco derrotas debe servir al Bilbao Basket para recuperar la confianza y asentar de nuevo sus señas de identidad con el primer objetivo de evitar otra racha negativa de resultados tan larga ya que, dada esta igualdad, puede comprometer el objetivo principal que es el de la permanencia. No vale despistarse ni mostrarse flojo de espíritu en una liga que no perdona y en la que todo el mundo quiere controlar hasta el más nimio detalle, aunque las cosas suceden tan rápido en la cancha que no siempre es sencillo.

Miribilla volvió a lucirse en el lanzamiento de peluches. Oskar Gonzalez

Los hombres de negro volvieron a situar su marcador por encima de los 84 puntos, que es la media anotadora de la liga, y así siempre se está más cerca de las victorias. El acierto en los triples sigue sin acompañar y solo Harald Frey brilló en ese aspecto, pero al menos el Bilbao Basket no se obcecó en fallar y logró sumar mucho de dos puntos y cerca del aro para frenar así el juego de carrera del Manresa que sufre, como todos, cuando tiene que atacar ante una defensa formada. Los bilbainos dominaron de principio a fin y solo hubo algún tramo que pudo poner nervioso a quien tiene tendencia a ponerse nervioso enseguida.

El presente está, o debería de estar, claro y la historia dice que el de ayer fue el partido 671 del Bilbao Basket en la ACB, en la que ocupa el decimooctavo puesto en encuentros disputados, lo que supone un 44% de victorias. La primera de ellas llegó el 6 de octubre de 2004 en el Palau Olimpic de Badalona en el segundo partido del club en la máxima categoría. El resultado fue de 76-84 para el equipo que dirigía entonces Txus Vidorreta y en el que Javi Salgado ejercía de base.

El triunfo 50 se produjo algo más de tres años después, el 23 de diciembre de 2007 en La Casilla con un 68-65 ante el Valencia Basket. La 100 se demoró cuatro años hasta el 8 de enero de 2011 con un 66-57 ante el Estudiantes ya en Miribilla y con Fotis Katsikaris como entrenador. El 17 de febrero de 2013 el Bilbao Basket se apuntó su victoria 150 de nuevo ante el Joventut en Badalona por 70-81. Alcanzó los dos centenares el 7 de febrero de 2016 ante el Murcia con un 90-76 en Miribilla con Sito Alonso en el banquillo. Hubo que aguardar más de cinco años, y pasar por un descenso, para sumar el triunfo 250, un 82-90 en Murcia con Álex Mumbrú como entrenador el 28 de marzo de 2021. Jaume Ponsarnau pudo disfrutar ayer de la victoria 300 y poner su nombre en la lista de hitos del club. A estas hay que sumar las 123 logradas entre la LEB y la LEB 2 para completar el recorrido de 25 años con sus altos y sus bajos.