El Bilbao Basket inició ayer martes otra tanda de viajes que le mantendrá lejos de casa hasta el domingo. Los hombres de negro tomaron rumbo a Bulgaria, donde hoy juegan ante el Botevgrad en la cuarta jornada de la FIBA Europe Cup, y mañana viajarán directamente hasta Granada, donde el sábado se enfrentarán al Granada en el que tiene que ser el partido más importante de la semana. La clasificación para la siguiente fase de la competición continental está perfectamente encarrilada, pero Jaume Ponsarnau quiere sacar el máximo provecho al último desplazamiento europeo hasta dentro de un mes. “El partido será un trámite si nos lo tomamos como si no fuera un trámite y le damos importancia y jugamos con la máxima intensidad”, apuntó ayer martes antes de desplazarse al aeropuerto.

El juego de palabras tiene sentido en un momento en el que el Bilbao Basket sigue trabajando en mejorar esos aspectos que le han impedido cerrar mejor esos partidos de la Liga Endesa que han acabado en derrotas por márgenes estrechos. “El premio de entender el partido al 100% es que así sea ganable y nos sirva para prepararnos para el siguiente. Queremos jugar a tope los cuarenta minutos y eso nos llevará donde nos lleve. En estas semanas, estamos pudiendo entrenar poco y el mejor momento para crecer, siempre respetando al rival, es en el partido”, comentó el entrenador de los hombres de negro, que tras la derrota ante el Valencia “trabajaron el lunes con energía”.

Sin excusas

Por eso, Ponsarnau no quiso aludir ni excusarse en un posible cansancio para explicar el desenlace del partido del domingo “en el que no aprecié un bajón físico. Tras viajes largos estamos sacando entrenamientos intensos, con el foco en mejorar estos detalles, y por eso estoy contento. Sí es verdad que nuestro ratio defensivo fue el peor de la temporada, pero creo que quizás nos faltó algún entrenamiento más para poder trabajar en los ajustes a su propuesta ofensiva y un poco más de confianza en los minutos finales”.

Respecto al choque de hoy, el técnico catalán se mostró sorprendido de que el Balkan no haya ganado aún ningún partido en el grupo. “No me parece el peor equipo, pero han competido mal para los mimbres que tienen”. Ponsarnau apuntó que el mal rendimiento de Curtis Jones ha lastrado las opciones del equipo búlgaro en la FIBA Europe Cup, “aunque ahora han fichado a Georgi Boyanov, un jugador que les puede ayudar a elevar el nivel”. La pauta a seguir por el Bilbao Basket será la misma que en duelos anteriores: involucrar a todos los jugadores en el partido “para tratar de sumar jugadores y confianza, alargar la energía del grupo en una competición que queremos que sea larga y tener más gente preparada para cuando haya accidentes, que puede haberlos”.

En esta suma de jugadores, cabe incluir a aquellos que tienen más minutos como Zoran Dragic. El veterano esloveno, que aporta en la generación de juego, está teniendo bajos porcentajes de tiro y su acierto se echa de menos para elevar el nivel del equipo. Pero nadie está preocupado. “Él quiere hacerlo mejor y viene a trabajar para ello. No estamos preocupados porque nos está ayudando con su experiencia y su carisma y ha tenido momentos en los que ha sumado competitividad. Ya llegará. Es difícil que esté todo el año a tope, pero no estándolo nos está ayudando mucho en el día a día”, explicó Ponsarnau.