El Bilbao Basket regresó de Lituania con media misión cumplida. La otra mitad la deberá terminar este viernes en Miribilla para meterse en la fase de grupos de la FIBA Europe Cup donde ya le esperan el Balkan búlgaro, como la pasada temporada, y el Kutaisi georgiano. Los hombres de negro se comportaron ayer con la seriedad requerida para afrontar una eliminatoria que encerraba muchas incógnitas ya que del Neptunas Klaipeda no se tenía demasiada información y había que confirmar las buenas sensaciones de la pretemporada con un resultado positivo. El equipo cumplió el objetivo y mantuvo de paso la racha de Jaume Ponsarnau que, desde que está en Bilbao, siempre ha ganado el primer partido oficial de la temporada.
El de ayer lo era, aunque apareciera en el calendario de una manera inhabitual ya que en la ocasión en que el Bilbao Basket afrontó una previa europea ante el Donetsk lo hizo con la temporada empezada. Así que los jugadores resolvieron el entuerto con solidez en un encuentro en el que la tensión hizo que algunas muñecas se encogieran y que la brillantez quedara al margen en aras de la eficacia. De esta forma, los de Ponsarnau solo estuvieron por detrás dos minutos, casi todos al inicio del choque, y ganaron los cuatro cuartos. No hubo ventajas superiores a los diez puntos, pero el Bilbao Basket logró imponer su defensa y reducir alguna de las principales virtudes del conjunto lituano.
Evidentemente, también quedaron al descubierto algunas de las asignaturas pendientes que aún tiene el Bilbao Basket. La primera y más urgente a resolver es la del rebote defensivo porque ayer el Neptunas Klaipeda se llevó trece rechaces en el aro vizcaino que le permitieron sumar diecisiete puntos, que son muchos teniendo en cuenta que los lituanos solo metieron un 45% de sus tiros de dos puntos. Además, los hombres de negro necesitan controlar su tablero para poder elevar el ritmo de juego y anotar a campo abierto, algo que tiene que marcar diferencias en la competición europea, si es que se remata la clasificación, y sobre todo en la Liga Endesa, en la que muchos equipos presentan gran arsenal ofensivo.
El rendimiento en ataque del equipo fue irregular, con porcentajes muy mejorables en tiros de tres y en tiros libres que crecerán al abrigo de Miribilla. Lo bueno fue que en algunos de los momentos en que el Neptunas amenazaba con coger la iniciativa aparecieron jugadores de los que se espera, precisamente, que impongan su experiencia para evitar esos apagones que fueron tan costosos en algunos partidos del curso pasado. Ponsarnau dejó fuera a De Ridder para cumplir con los cupos y estiró los minutos de algunos de sus hombres respecto a lo visto en la pretemporada. Pantzar y Kullamae cargaron el peso en el perímetro y Hlinason protagonizó un arranque brillante que después acompañó Jones con consistencia.
Al final, los ocho puntos logrados en el animoso Svyturio Arena deben ser un botín suficiente para superar una previa que también premia a los tres perdedores con menor diferencia de puntos global. El Maroussi (+23 ante el Peja) y el Prievidza (+17 ante el Alba Fehervar) fueron los dos equipos que lograron las ventajas más amplias en los choques de ida. El Bilbao Basket debe rematar la faena en Miribilla en una jornada en la que, además, jugará sabiendo el resultado de casi todas las otras eliminatorias. El Neptunas Klaipeda llegará con ganas de buscar sus opciones, pero Ponsarnau y su cuerpo técnico ya tienen más información para realizar los ajustes necesarios y lograr el primer objetivo de la temporada.
Jaume Ponsarnau
“Hemos entendido la eliminatoria”
Ahora, Miribilla. Jaume Ponsarnau repasó con satisfacción un partido en el que “hemos empezado con ritmo, energía y acierto y eso nos ha permitido coger la primera ventaja importante. Después, ellos han reaccionado con más físico y ahí nos ha costado jugar. Nos han creado problemas con las segundas opciones y todo eso ha igualado el partido”. El Bilbao Basket casi siempre tuvo el control en un duelo en que “a partir de ese momento, hemos ido a rachas, aunque nuestros malos minutos no han durado mucho. Siempre hemos encontrado táctica y jugadores para resolver las situaciones difíciles y hemos logrado una ventaja que casi ha sido la máxima. Es un muy buen síntoma haber ganado los cuatro cuartos”. El técnico catalán destacó que su equipo “ha entendido cómo es jugar una eliminatoria de ochenta minutos. Ahora quedan cuarenta más y hay que estar preparados para un partido duro, con la ventaja de que ahora jugamos en Miribilla”.