La Liga Endesa va a completar un mes de competición sin público en las gradas. Los clubes, acuciados por las consecuencias económicas de la pandemia, claman por el regreso de los espectadores, pero el Consejo Superior de Deportes, que es quien tiene la decisión última junto a las autoridades sanitarias, no da su brazo a torcer. Sin embargo, en las competiciones europeas sí está habiendo público, aunque en número limitado, porque en esos casos las decisiones emanan de las comunidades autónomas. Pero el CSD entiende que abrir las puertas en unos sitios y en otros no hacerlo supone un agravio comparativo y una adulteración de la competición, por lo que de momento no cabe hacerse ilusiones porque todo va a depender de que las cifras de la pandemia se equiparen y se estabilicen.

Hasta que eso suceda, se ha visto que el factor público ha perdido su incidencia, como advirtieron muchos entrenadores antes de arrancar la temporada. Ya no puede hablarse de canchas complicadas o asequibles porque, en esencia, todas son iguales sin el empuje de los aficionados: las canastas son las mismas, el parqué es el mismo y los balones son los mismos para todos los equipos. Lo único diferente habitualmente es el público y contar con un pabellón lleno, como le ocurre al Bilbao Basket, puede marcar diferencias y así lo reflejan los números. Cinco jornadas pueden ser una muestra pequeña, pero sirven para descubrir la tendencia que puede seguir la Liga Endesa mientras no se vuelva a la normalidad anterior. La pasada temporada a estas alturas del calendario se habían registrado 31 victorias locales en los 45 partidos disputados, esto es un 68%. Pues bien, con tres encuentros aún pendientes, este curso ha visto 21 victorias de los equipos de casa y 21 de los visitantes, exactamente el 50%.

Del mismo modo, la ausencia de público ha provocado que ahora en las canchas se escuche todo, desde las pisadas de las zapatillas a las broncas o simples comentarios de los entrenadores y las conversaciones de los árbitros con los jugadores. Sin el ruido de fondo, la capacidad de concentración de los jugadores puede verse afectada también, para bien o para mal, porque todo se asemeja a un entrenamiento. Así, se ha visto en estas cinco primeras jornadas una mejoría grande de los porcentajes de tiro. En tiros de dos se ha pasado de un 57% a un 64%; en triples de un 39% a un 46%; y en tiros libres, de un 81% a un 84%. En consecuencia, se han elevado las cifras de anotación en casi dos puntos de media.

más acierto, menos victorias

El propio Bilbao Basket muestra mejor porcentajes en estas primeras cinco jornadas que en las de la pasada campaña. En triples (37,5% por 35%) y en tiros libres (82,9% por 76%) la diferencia es clara y solo en tiros de dos se produce un leve descenso (52,3% por 53,2%). Sin embargo, eso no ha servido para que los hombres de negro tengan un mejor balance de victorias en un calendario de dificultad similar. Pero ahora no cuentan con ese componente emocional que hace que la balanza de la calidad se equilibre. Sin ir más lejos, la pasada temporada los vizcainos ya habían ganado en casa al Valencia Basket y el Baskonia. El domingo llegará a Miribilla el Real Madrid, pero no habrá nadie en las gradas.

Quizás los problemas del Bilbao Basket para empezar bien los partidos tengan que ver con esta activación tardía que provoca la falta de estímulos desde la grada y que es imposible de reproducir por otras vías. Al menos, ya se ha conseguido que en los partidos de la Basketball Champions League puedan acudir algo menos de 500 espectadores a Miribilla ante tres rivales de buen nivel. La cantidad es ínfima, casi inapreciable dentro de la capacidad del Bilbao Arena, pero los jugadores ya han reconocido la ilusión que les va a hacer ver de nuevo a los suyos, aunque sean pocos.

Sin ruido de fondo. La ausencia de público hace que los partidos se vivan casi como un entrenamiento y que ningún detalle pase inadvertido. Por eso, es necesario una buena activación desde el principio y un alto nivel de concentración.

Pocas remontadas. El duelo entre el Murcia y el Tenerife es una excepción ya que pocos equipos ganan llegando de atrás. Los canarios remontaron 24 puntos en una cancha que, con público, es de las más ásperas de la liga.

Menos presión. Los jugadores no se ven apurados por el público y así se ha producido una clara mejoría en los porcentajes de tiro.

Tranquilidad. El Bilbao Basket anunció ayer la renovación por una temporada del contrato de Tomeu Rigo, que se perderá lo que queda de curso por su grave lesión en la rodilla izquierda y que ahora podrá afrontar el largo proceso de recuperación con mayor tranquilidad. Con este loable gesto, el club quiere “arropar al jugador en el proceso de su lesión para verle de nuevo defender la camiseta de los hombres de negro en la cancha”. “Tomeu Rigo ejemplifica a la perfección los valores de entrega, esfuerzo y superación que quiere transmitir el Bilbao Basket y, por ello, le reiteramos nuestro apoyo, confiando en que con su capacidad de trabajo y sacrificio volverá más fuerte”, concluye la nota emitida por el club, que sigue valorando la conveniencia de incorporar un sustituto para el escolta balear, teniendo en cuenta un mercado escaso y unas posibilidades económicas muy limitadas.