“La decisión de todas las decisiones”. Así promocionó este lunes en las redes sociales el anuncio de una noticia que revelaría solo un día después. La rumorología se desató al instante. Hay personajes cuyas acciones dan la vuelta al mundo en cuestión de segundos. Más rápido que la pólvora. Es uno de esos tipos. Una celebridad con una dimensión al alcance de pocos seres humanos. Se trata de uno de los deportistas más destacados de la historia; por supuesto, su legado le sitúa en el debate sobre los mejores jugadores de baloncesto. Tras horas de espera no llegó la confirmación de lo que cabía esperar, el anuncio de la retirada de LeBron James de la NBA. Todo resultó ser producto de una campaña publicitaria, para alivio de los seguidores de la estrella.

King James permanecerá en activo al menos una temporada más, cuando contará con 41 años –los cumple el próximo 30 de diciembre–. Se convertirá en el primer jugador en haber disputado 23 campañas en la NBA y, si las lesiones le respetan, en el jugador con más partidos de temporada regular, apartado en el que solo le supera Robert Parish: 1.561 contra 1.611. Son algunos de los pocos listados que le quedan por encabezar.

James permanecerá en la práctica como el hombre récord de la NBA. Es el máximo anotador histórico (más de 50.000 puntos), el que más minutos ha jugado (58.620 de temporada regular), el que más partidos ha disputado incluyendo play-offs (1.837), el más joven número 1 del Draft (18 años y 182 días), el MVP más joven de un All Star Game (21 años y 55 días), el más elegido para disputar el All Star Game (21), el más veces elegido en el Mejor Quinteto (13), el que más partidos ha disputado y más victorias ha sumado en play-offs (183 y 287), el único que ha sido MVP de las finales con tres franquicias (Miami Heat, Cleveland Cavaliers y Los Angeles Lakers)… Un jugador único que difícilmente será superado al menos a nivel estadístico.

Una infancia complicada

James nació en Akron, Ohio, en unas circunstancias complicadas: era hijo de una madre de 16 años llamada Gloria y de un padre exconvicto que abandonó a la familia desde el nacimiento de la criatura. Las mudanzas por barrios marginales fueron un hábito en la vida del joven James, que perdió además a su abuela materna siendo un bebé de dos años, lo que no hizo sino añadir precariedad. Las cosas no cambiaron con la aparición de su padrastro, que acabó en la cárcel por tráfico de cocaína. Un difícil contexto para crecer.

James encontró en el deporte una excusa para la evasión. Era un gran atleta, completo, fuerte, rápido. Probó el fútbol americano y llegó a firmar 19 touchdowns en sus seis primeros partidos de categoría infantil. Fue a los nueve años cuando se abrazó por primera vez al baloncesto. En St. Vincent–St. Mary High School, en secundaria, comenzó a escribir su nombre en titulares de prensa. Se asomaba a la salida de la pobreza. La notoriedad de James hizo que el equipo tuviera que cambiarse de pabellón para acoger más espectadores. En cuatro temporadas firmó 2.657 puntos, 892 rebotes y 523 asistencias. El Draft de la NBA esperaba sin pasar por un equipo universitario. Nike vio a una estrella emergente y cerró un contrato de 90 millones de dólares.

En 2003, James fue seleccionado en la primera posición del Draft por los Cleveland Cavaliers. Comenzó una era de comparaciones inmediatas con las grandes leyendas. En siete temporadas llevó a los Cavaliers a cinco play-offs. La capacidad de elevar a equipos modestos pronto se haría característica del legado de King James.

Tras siete temporadas en Cleveland y como agente libre, LeBron protagonizó el especial televisivo llamado The Decision, en el que anunció que dejaba su ciudad natal para firmar con los Miami Heat. El cambio generó multitud de reacciones: admiración por su audacia, críticas por la teatralización del cambio –“Voy a llevar mi talento a South Beach”, anunció– y una fractura sentimental con Cleveland que tardaría en sanar. James jugaba con el balón, pero también establecía un pulso mediático, era un nombre convertido en marca, un personaje público capaz de decidir su destino.

Tres franquicias, cuatro anillos de la NBA

Con los Heat ganó dos anillos de la NBA (2012 y 2013) en un equipo construido alrededor de estrellas como Dwyane Wade y Chris Bosh. Tras cuatro campañas decidió regresar a Cleveland con la promesa de devolver el título a la franquicia. Un emotivo movimiento que alcanzó el culmen en 2016, cuando los Cavaliers liderados por James remontaron un 3-1 a los Golden State Warriors para proclamarse campeones. LeBron, a dos minutos del final, protagonizó una de las jugadas defensivas más populares de la historia: corrió de un lado al otro de la cancha para taponar una bandeja de Iguodala. El de Akron terminó la serie liderando ambos equipos en puntos, asistencias, robos y bloqueos. En 2018 emprendió una nueva aventura, en Los Angeles Lakers, para reafirmar su capacidad de adaptación a diversos contextos de equipo. En 2020, durante la burbuja por la pandemia, consiguió el cuarto anillo de su carrera. En paralelo, con la selección de Estados Unidos se colgó tres oros en los Juegos Olímpicos (2008, 2012 y 2024).

LeBron James, junto a su hijo Bronny James. Europa Press

Una genial transformación

James dará continuidad a su excelsa trayectoria en el equipo angelino después de protagonizar una genial transformación sin detenerse en un perfil fijo. En sus inicios se prodigó como una fuerza atlética embebida en poder físico; luego fue capaz de pulir el tiro exterior, abrazó el juego de equipo y ganó lectura táctica. En su madurez ha sabido modificar minutos, roles y asumir una situación de gestor en pista sin sacrificar rendimiento. El curso pasado promedió 24,4 puntos (51% de acierto en tiros de campo y 37% en triples), 7,8 rebotes y 8,2 asistencias. La ambición y la longevidad le han permitido compartir vestuario con su hijo Bronny haciendo historia en la NBA como la primera dupla padre-hijo en jugar un partido oficial en la misma cancha y equipo.

Ahora, tras anunciar The Second Decision, “la decisión de todas las decisiones”, como apuntó, se sabe que nada tiene que ver con su retirada, sino que seguirá en activo para enriquecer su leyenda. El Rey LeBron James no abdica.