La Plaza Alfalfa, una de las referencias de Sevilla, está a tope. Coger un mesa libre en Viernes Santo, un día sagrado para los sevillanos, cotiza alto. Pero el bullicio llega desde una de sus bocacalles. Es en el exterior de la sede de la Peña Jarrillera Athletic.

¡Athletic, Athletic!. Los cánticos llaman la atención del viandante. Una decena de athleticzales se dejan oír. Son Agustín Lezama, de Indautxu; su mujer Lily Montalvo, sevillana; sus hijos Mikel, con una camiseta firmada por Julen Guerrero con motivo de su boda; Lara y Blanca. Están en compañía de Marc, un catalán reconvertido; un matrimonio al que les une el Athletic, porque Enrique Arroyo es sevillista y su mujer, Virginia es bética. O sea el conflicto está asegurado en los serbios sevillanos. Su hijo, Diego, es del Athletic, como su primo, Luis Vallejo. Agustín hace una revelación: "Nos hicimos miembros de la Peña en enero gracias al reportaje que leí en Deia ". Y de nuevo ¡Athletic Club, Athletic Club!