El Athletic jugó por primera vez en St James’ Park en octubre de 1994. Entonces, la Premier League, que apenas tenía un par de años de vida, había iniciado un proceso de reconstrucción tras sus problemas con el hooliganismo de la década de los 80 impulsado por los derechos televisivos que poco a poco convirtieron a la liga inglesa en la más potente del mundo, aunque ese poder económico superior al del resto de competiciones no haya tenido un refrendo claro en los torneos europeos. El fútbol de entonces poco o nada tiene que ver con el de ahora. Sí, la esencia es la misma, pues el fin es marcar un gol más que el adversario, pero el envoltorio ha cambiado demasiado. Entonces resultaba inimaginable pensar que los clubes fueran propiedad de gente extranjera; ahora, especialmente entre las grandes potencias, raro es el caso del equipo que comparte nacionalidad con su dueño. Y el Newcastle, el que es considerado por muchos el club más rico del planeta, tampoco es ajeno a ello.

De hecho, el rival este miércoles del Athletic en la cuarta jornada de la fase liga de la Champions, ha pasado de penar en la Premier, de coquetear con el descenso e incluso descender a la segunda inglesa en las temporadas 2009-10 y 2015-16, a aspirar a cotas mayores y, por qué no, soñar con hacerse un hueco entre los grandes de Inglaterra. Un gran pasado le acompaña, no tanto los títulos, pues el 16 de marzo puso fin a una sequía de 56 años al conquistar la Copa de la Liga frente al Liverpool, su primer trofeo desde que ganaran la Copa de Ferias en 1969, y ahora también los petrodólares saudíes.

Mohammed bin Salman, príncipe heredero saudí

La historia reciente del Newcastle cambió por completo el 7 de octubre de 2021, mientras la pandemia del coronavirus daba sus últimos coletazos. Ese día se oficializó la compra del 80% de las acciones del club por parte del Fondo de Inversión Pública (PIF, por sus siglas en inglés) de Arabia Saudí a cambio de unos 330 millones de euros, mientras que el 20% restante está dividido a partes iguales entre PCP Capitan Partners, con Amanda Staveley a la cabeza, quien fue parte importante en las negociaciones y es, además de la cara visible del club, la directora ejecutiva y operacional, y RB Sports & Media, que pertenece a la familia Reuben. Claro que por encima de todos figura Mohammed bin Salman, príncipe heredero saudí y cuya fortuna se estima en unos 320 mil millones de euros.

La compra se produjo en un momento deportivo delicado, con el equipo ocupando la décimo novena posición tras la disputa de las siete primeras jornadas. En la octava, la derrota contra el Tottenham en St James’ Park provocó la destitución de Steve Bruce como técnico de las urracas y tras un par de encuentros con un técnico interino, la nueva propiedad apostó por Eddi Howe, quien sigue a día de hoy al frente del Newcastle. El técnico inglés se ha ganado la confianza de los dirigentes magpies, y no es para menos, pues además de poner fin a la sequía de títulos, ha clasificado en dos ocasiones al equipo a la Champions, en otra se quedó a las puertas de jugar en Europa después de ser séptimo en liga y en su primera campaña, a la que llegó en noviembre, consiguió voltear el mal inicio con un final que aupó al equipo a la undécima posición.

780 millones de euros en fichajes

Más allá de los méritos de Howe, no puede pasarse por alto la enorme inversión realizada en fichajes en los cuatro últimos años. Desde la llegada del fondo saudí, que se estrenó en un mercado de fichajes en la ventana de invierno del curso 2021-22, el Newcastle ha gastado unos 780 millones de euros, y ha vendido por valor de 176, de los que en torno a 145 corresponden a Alexander Isak.

Una inversión sin precedentes que sitúa al conjunto inglés como el sexto que más ha gastado en estos últimos cuatro años, solo por detrás de Chelsea, Manchester United, París Saint-Germain, Liverpool y Arsenal y con un gasto similar al del Manchester City.

Plataforma contra Arabia Saudí

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No es oro todo lo que reluce Claro que la llegada de Mohammed bin Salman al Newcastle también ha generado una fractura social en parte de la afición. De hecho, un grupo de seguidores ha creado una plataforma llamada NUFC Fans Against SportWashing (Aficionados del Newcastle en contra del blanqueamiento deportivo) que denuncia cómo Arabia Saudí invierte dinero en el fútbol, aunque también en otros deportes, para blanquear su imagen.

Claro que los críticos con la propuedad del conjunto inglés también han llegado a contactar con el Ayuntamiento de Newcastle upon Tyne para mostrar su rechazo ante esta situación y denunciar públicamente algunas de las situaciones que se han vivido en Arabia Saudí con detenciones arbitrarias así como por la violación de los derechos humanos en repetidas ocasiones.