El himno de la Champions League, inconfundible melodía de las grandes noches europeas de fútbol a nivel de clubes, volvió a sonar en San Mamés en una cita marcada en rojo en el calendario zurigorri. 10 años, 9 meses y 6 días después dio 'La Catedral' la bienvenida de nuevo a una competición que lucía inalcanzable para el Athletic en la última década. El 10 de diciembre de 2014, con victoria ante el BATE Borisov por 2-0 con goles de Mikel San José y Markel Susaeta en la sexta y última jornada de la fase de grupos del curso 2014-15, había disfrutado por última vez la parroquia rojiblanca de un torneo con inigualable eco mundial.

Se esperaba con especial ilusión por tanto la visita de un coloso como el Arsenal a Bilbao, donde el ambiente de día grande se respiró en las calles desde primera hora sin que se registraran incidentes a la espera de que San Mamés abriera sus puertas para albergar un encuentro que nadie quiso perderse.

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En imágenes: los aficionados del Arsenal y el Athletic calientan motores antes del primer partido de la Champions en San Mamés Jose Mari Martínez

Fruto de ello, la asistencia al campo fue sobresaliente. A pesar de que el choque arrancó a las 18.45 horas de un martes laborable, la afición estuvo a la altura. 51.059 seguidores, cerca de 3.000 procedentes de Inglaterra para alentar al Arsenal, acudieron al reencuentro con la Champions para dibujar una gran entrada, inferior eso sí a las cinco mejores registradas en el santuario rojiblanco desde su inauguración en septiembre de 2013.

Sin llegar a los 52.114 espectadores de la vuelta de los cuartos de final de la Europa League de la pasada campaña ante el Glasgow Rangers, asistencia récord en el estadio, la trascendencia del estreno en la Champions contra el Arsenal quedó reflejada también en el ruido ambiental que acompañó al envite desde antes incluso de que el colegiado lituano Donatas Rumsas decretara el inicio de un encuentro que San Mamés afrontó en plenitud de energía tras venirse arriba al son de la música de la Liga de Campeones.

Justo antes, cuando retumbaba en 'La Catedral' el himno del Athletic, se desplegó en el Fondo Norte una pancarta de grandes dimensiones en apoyo a Palestina con un mensaje claro y nítido: 'Zure alboan egongo gara gaurtik azken eguneraino'. El guiño a Palestina bajo la promesa de mostrar un apoyo incondicional y sin fecha de caducidad, con banderas al viento incluidas, dio paso a la ofrenda floral del capitán gunner Gabriel Magalhaes a Pichichi al ser la primera visita oficial del Arsenal a San Mamés, que vio cómo el Athletic vendía cara su piel. Lo intentaron de principio a fin los leones, que contaron en todo momento con el inquebrantable aliento de una afición que hizo todo lo que estaba en su mano para dar un impulso extra a los jugadores, si bien no fue suficiente.

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Victorioso gracias a los goles de Gabriel Martinelli y Leandro Trossard, el entrenador del Arsenal, Mikel Arteta, quedó encantado con el ambiente al asegurar que “ha sido espectacular y me ha resultado inspirador por la conexión que tiene la gente y la pasión con la que viven el juego. Esa energía se transmite a los jugadores y por eso sabía que iba a ser un partido muy difícil”.