Anoche todo pareció volver a la normalidad, o al menos a una cierta normalidad, en San Mamés. Volvió la afición a empujar a su equipo, aunque sin la energía de otras ocasiones, que bueno, viendo de dónde veníamos es un avance, no cabe duda, aunque aún queda trabajo por hacer por parte de todos; el Athletic ofreció una imagen seria, sin grandes alharacas, pero sí más que suficiente como para superar sin excesivos apuros al Viktoria Plzen, con quien, por cierto, podría volver a verse las caras en los octavos de final; y de pasó cumplió con creces con el objetivo establecido antes de arrancar el curso. En la previa, Ernesto Valverde recordó que se habían fijado la meta de pasar “simplemente”, pero el buen hacer del equipo, pese al borrón ante el Besiktas de la pasada semana, les ha aupado hasta la segunda posición, que se dice pronto. Y el premio es suculento: alcanzar directamente los octavos de final y disputar el partido de vuelta de esa eliminatoria en casa.
La noche recordó a aquellas de hace algunos años en las que la liga se disputaba en horario más o menos unificado, con cuatro o cinco encuentros jugándose a la vez y en las que las radios ejercían de perfecto acompañamiento para no perder detalle de lo que acontecía en el resto de la jornada. Ayer, internet recogió el testigo de los transistores y fueron muchos quienes siguieron el desenlace de esta novedosa y a la vez trepidante liguilla de la Europa League. Eso sí, ver cómo durante un buen puñado de minutos la Real Sociedad podía ser rival en octavos del conjunto rojiblanco le amargó la cena a más de uno.
Por suerte para el Athletic, esa emoción que sí se vivió en otros campos europeos, en los que los contendientes se jugaban pasar de ronda o caer eliminados a las primeras de cambio en la liguilla, no se trasladó a San Mamés. En buena medida, porque para el minuto 25 ya mandaba en el marcador gracias a una genial conexión, otra más, entre los Williams. Anoche, el mayor asistió al pequeño para que este abriera el marcador. El tanto bajó las pulsaciones del partido, restó aún más emoción si acaso y se fueron consumiendo los minutos como un mero trámite. A la vuelta de vestuarios Yeray Álvarez se regaló un gol de cabeza, premio al excelente trabajo que viene realizando en las últimas semanas, lo que dejó el choque visto para sentencia, aunque aún subieron dos tantos más al marcador antes del final del partido.
Ahora, el Athletic aguarda rival en los octavos de final. Lo conocerá el próximo 21 de febrero, cuando se realizará el sorteo una vez se juegue la eliminatoria, pero ya conoce que saldrá de alguno de estos cuatro: Roma, Viktoria Plzen, Ferencvaros u Oporto. Los dos primeros son cabezas de serie en el play-off, lo que les garantiza jugar la vuelta de esa ronda de dieciseisavos en casa.
Desde su atalaya, una más que meritoria segunda posición y con los mismos puntos que el líder, el Athletic se frota las manos mientras aguarda rival en los octavos de final y saborea los 12.135.000 euros que ha ingresado exclusivamente por sus méritos deportivos. A estos tendrá que sumar un buen pellizco por el market pool y otras variables que la UEFA irá desgranando próximamente.
En su primera andadura continental en siete años, el Athletic se ha plantado en octavos a las primeras de cambio y de manera convincente. Un logro que en sus cuatro aventuras europeas previas con el conjunto rojiblanco Valverde únicamente había alcanzado en una ocasión, pues en las otras tres había caído en dieciseisavos. En su última experiencia en la Europa League, con Kuko Ziganda, los leones cayeron en octavos ante el Olympique de Marsella.
La cifra
200
Alex Berenguer disputó anoche, en el encuentro que enfrentó al Athletic con el Viktoria Plzen, su partido 200 con la zamarra rojiblanca. Tras llegar al conjunto rojiblanco en octubre de 2020, el navarro ha participado ya en 161 choques de liga, 26 de Copa, 8 de la Europa League y 5 de Supercopa. Suma dos títulos.
