El partido contra el Viktoria Plzen, que dio lugar a la peor asistencia de la temporada a San Mamés con 45.471 espectadores en el campo, centró la atención tanto en el césped como en la grada popular, donde Iñigo Cabacas Herri Harmaila (ICHH) puso fin a la huelga de animación que había llevado a cabo en los últimos encuentros disputados en 'La Catedral'. Recuperó la actividad, aunque sin elementos de animación de por medio dicho colectivo, que anunció en la matinal del jueves mediante un comunicado la decisión de volver a alentar a los leones "por responsabilidad con el escudo". Advirtió ICHH, no obstante, de la falta de avances con el club en medio de la represión que el grupo asegura sufrir desde hace un tiempo por parte de la propia entidad bilbaina y la Ertzaintza.
El presidente del Athletic, Jon Uriarte, manifestó en los prolegómenos del choque que “el problema no lo veo como un conflicto, porque eso es cuando las partes están enfrentadas. Ha sido más bien algo unilateral sobre un tema que es importante, porque para nosotros la grada de animación es muy importante. Primero, porque hace que los jugadores tengan más fuerzas para sacar los partidos adelante y segundo, porque ayudan a crear un ambiente mágico en San Mamés y que todos disfrutemos del mismo. La animación se debe basar en el respeto a nuestros jugadores, al árbitro y al rival. Si cumples eso y cumples con la normativa dudo mucho que haya cualquier problema. La solución, por tanto, pasa por ahí”.
A la espera de que la situación se normalice definitivamente después de que la problemática abierta se enconara en el último partido de liga contra el Leganés, tras el cual dos miembros de la Herri Harmaila fueron expulsados por el club por reprochar a otros aficionados de la propia grada popular que intentaran animar, los hombres de Ernesto Valverde volvieron a disfrutar anoche de un ambiente más caluroso. Habían abogado por la unión los jugadores durante la semana en busca del beneficio común y la respuesta, tras una kalejira previa al partido organizada también por ICHH y que estuvo encabezada por una pancarta en la que se podía leer ‘zaletuak defendatu’, fue un San Mamés con el fondo norte gritando "a pulmón", como en los viejos tiempos.
No hubo noticias de los bombos, ni labores de speaker, pero se ondearon banderas, hubo txalaparta y 'La Catedral' subió en decibelios respecto a los últimos encuentros que había albergado. “Para nosotros es bueno, porque nos empuja mucho e intimida al rival”, remarcó Valverde en los micrófonos de ‘Movistar’ minutos antes del comienzo de un partido en el que el Athletic notó el impulso de San Mamés.
SIN COMUNIÓN FINAL
En la segunda mitad se produjo una leve indisposición de un seguidor en la herri harmaila, donde los jugadores del Athletic, pese al fin de la huelga de ICHH, no se acercaron al término del partido, actitud que reprocharon con silbidos algunos aficionados en la zona al grito de “Uriarte kanpora”.