A la breve e intensa aventura de Adama Boiro en el Athletic se le añade este fin de semana un capítulo de especial valor sentimental con motivo del derbi que acoge El Sadar. Nacido en la capital de Senegal hace 22 años, el lateral zurdo regresa a Iruñea, ciudad a la que emigró con su familia siendo un niño y donde se formó como futbolista. No ha transcurrido ni un año de su fichaje, por el que Ibaigane abonó dos millones de euros, y acaso tenga la oportunidad de enfrentarse a la entidad donde ingresó en edad infantil y en cuyo primer equipo no llegó a debutar.
Adama fue captado de Osasuna Promesas y aunque realizó una pretemporada a las órdenes de Jagoba Arrasate, participando en algún amistoso, continuaba militando en el filial navarro cuando se materializó el cambio de aires. Su tercera campaña en el B se vio interrumpida el pasado 24 de enero, día en que saltó la noticia de un modo un tanto sorprendente, pues el Athletic anunció la operación mientras en San Mamés se disputaba la ronda copera de cuartos de final a partido único frente al Barcelona, saldada con un impactante 4-2.
El joven defensa se integró en el Bilbao Athletic y participó en trece encuentros. En verano ya se puso a las órdenes de Ernesto Valverde. Previamente, se registró la salida de Imanol García de Albeniz, cuyo contrato concluía en 2025, con destino al Sparta Praga. El de Abanto y Zierbena apenas intervino en su única campaña en el primer equipo: diez partidos, seis titularidades y un total de 614 minutos de competición. Fue Iñigo Lekue quien cubrió la mayor parte de las ausencias de Yuri Berchiche en el costado izquierdo de la zaga.
Saltaba a la vista que la intención de los responsables deportivos del Athletic consistía en apostar por Adama como alternativa de futuro, si bien asimismo se hizo con los servicios de Eneko Aguilar, también procedente de Osasuna y que hoy milita en el filial. En realidad, la opción de Adama no era novedosa, en el sentido de que en años anteriores su agente, Félix Tainta, ya lo había ofrecido en diversas oportunidades.
Uno de los factores que precipitó su adquisición fue el hecho de que Arrasate no estimase oportuno reclutar a Adama, tras verle en acción durante el verano previo. El actual técnico del Mallorca contaba con el internacional colombiano Mojica y Juan Cruz para el puesto, además de que empleó a Rubén Peña cuando ambos no estuvieron disponibles. Luego, consumada la marcha de Adama, Arrasate declaró que Osasuna nada pudo hacer por retenerlo al desembolsar el Athletic el importe de su cláusula. Agregó que Adama se hallaba “en un proceso natural para ser jugador del primer equipo a medio plazo”.
Bueno, pues el salto a la élite lo ha dado en el Athletic. Su debut se registró, junto a los de Álvaro Djaló y Javier Martón, el 28 de agosto en la Catedral contra el Valencia. Adama jugó casi 80 minutos. A esta presentación en sociedad han seguido siete partidos más. Ese es el número de veces en que Adama ha figurado en la alineación inicial. Es decir, ha participado en un tercio de los compromisos del Athletic.
Recambio de Yuri
Valverde le ha ido dando entrada de manera gradual, espaciada. Su aportación se ha correspondido a la de un recién aterrizado en la máxima categoría. Yuri no ha dejado de acaparar protagonismo y Adama ha sido el encargado de dar respiros al veterano, función que se ha repetido con mayor frecuencia desde noviembre. En Valladolid completó por vez primera los noventa minutos.
A finales de dicho mes, Adama, que hasta entonces se había limitado a tapar su costado sin apenas proyectarse en ataque, se soltó la melena ante la afición. El cruce con el IF Elfsborg, el rival más flojo que ha pisado Bilbao en mucho tiempo, sirvió para que Adama exhibiese su repertorio con un gol y una asistencia. Fue sin duda el hombre del partido. En sus siguientes oportunidades, ante Real Madrid y Alavés, donde fue suplido para evitar riesgos porque había sido amonestado, de nuevo exhibió el perfil prudente que le ha caracterizado.
Se entiende que la condición de novato esté pesando en un jugador que debe acostumbrarse a ritmos muy superiores, que es consciente del peligro que conlleva equivocarse en la retaguardia. Al respecto de esta cuestión, seguro que Adama no ha olvidado el gol que costó un grave error que cometió en el ensayo de agosto ante el Stuttgart. A esto se suma que Adama ejercía de delantero cuando era un crío, en la etapa juvenil derivó en extremo y solo al acceder al filial de Osasuna fue recolocado como lateral. Bien dotado técnicamente y poseedor de un buen físico, su mayor problema se localiza en los conceptos defensivos, faceta donde tiene un amplio margen de mejora. Por todo ello, a menudo elige asegurar el pase, hacia atrás o en horizontal, y elude perder la posición, renuncia a ganar metros.