El Athletic se propone certificar su presencia en la siguiente fase de la Europa League por la vía rápida. Añadir tres puntos más a los diez que aparecen en su casillero equivale a establecer un colchón de seguridad, el margen suficiente para quedar a salvo de cualquier contratiempo. La visita a San Mamés que esta tarde rinde el IF Elfsborg debería servir para dicho objetivo si se repara en el potencial del conjunto sueco, acaso el más flojo de cuantos figuran en el grupo. Otra cuestión será reunir el número de puntos preciso para finalizar entre los ocho primeros de la clasificación. Aún resulta imposible conocer cuál es la cifra mágica que otorga automáticamente el acceso a octavos de final, eludiendo una ronda de ajuste a doble partido.

El primer paso pues para tener garantizada la continuidad en el torneo es derrotar hoy a un Elfsborg del que el aficionado medio no tiene referencias. Como no podía ser de otro modo, ayer Ernesto Valverde desgranó sus virtudes, alabó su juego ofensivo sin hacer mención al balance defensivo, bastante elocuente en sentido negativo. También aludió a sus resultados frente a la Roma y el Braga, victoria y empate, ambos como anfitrión, o que las derrotas a domicilio, contra AZ Alkmaar y Galatasaray, fuesen por la mínima. En definitiva, quiso el técnico dejar claro que afrontan este compromiso huyendo del exceso de confianza.

Dicha premisa se da por supuesta, pero si sus jugadores actúan con la debida seriedad, el Athletic no hallará mayores problemas para acostarse incrustado en el pelotón de cabeza. Mejorando además el sexto puesto que ocupa tras medirse a Roma, AZ Alkmaar, Slavia de Praga y Ludogorets.

Los cuatro puntos que posee en el ecuador de la liguilla confirmarían la condición de víctima propiciatoria del Elfsborg, así como el hecho de que hace dos semanas largas dejase de competir porque su liga, donde ha terminado séptimo, a veinte puntos de distancia del campeón, el Malmoe, ya ha concluido. Cierto que sus opciones de mantenerse con vida en la Europa League pasan por ganar en Bilbao, pero las urgencias pueden convertirse en un inconveniente importante contra un rival tan acreditado en ataque, sobre todo con espacios para correr.

El Athletic ha preparado el encuentro con la totalidad de sus efectivos, salvo la baja de última hora de Yuri Berchiche por una sobrecarga muscular. Viene de realizar un esfuerzo considerable en el derbi, el domingo acudirá a Vallecas, el miércoles próximo se ve las caras con el Real Madrid y el siguiente fin de semana se cruza con el Villarreal. Una agenda muy recargada que propiciará cambios en la alineación. En principio, salvo Prados, que se perderá el partido del Rayo por acumulación de tarjetas, cualquiera de los titulares del derbi es susceptible de pasar al banquillo. Lo cual no significa que Valverde vaya a acometer una transformación radical del equipo.

Retoques

La disponibilidad de personal le permite introducir retoques en todas las líneas y preservar la fisonomía habitual del conjunto. Por supuesto, el técnico evitó ofrecer pistas, ni siquiera adelantó qué plan tiene para Unai Simón. Con un “ya veremos” despachó el asunto. Los Gorosabel, Paredes, Jauregizar, Berenguer o Guruzeta se perfilan como alternativas, por citar una serie de hombres que suelen participar con asiduidad. Sin rebajar las posibilidades de otros que asoman de manera más esporádica.

Acertar la identidad de los once elegidos se asemeja, en términos de dificultad, a rellenar una quiniela. Además, el recurso de los cinco cambios facilita la tarea de Valverde a fin de distribuir minutos sin forzar en exceso a nadie. Así, resulta razonable imaginar que tanto los hermanos Williams como Sancet o Galarreta serán algunos de los dosificados, ya sea de inicio o en la segunda mitad, dependiendo de cómo vaya el duelo.

Siguiendo con la reflexión, sería interesante que el Athletic adquiriese ventaja pronto e ideal que sentenciase antes del descanso o de la hora de juego. Un escenario no descartable si, como por ejemplo hizo contra la Real el domingo, imprime el ritmo que le conviene y acierta a explotar las limitaciones de un Elfsborg al que le cuesta blindar su portería.

La previsión apunta a una cita menos estresante que las experimentadas ante el AZ Alkmaar y el Slavia de Praga. El premio que conlleva la obtención del triunfo merece confiar en que los rojiblancos estarán a la altura de su prestigio.