Más vale prevenir que curar. Es la máxima que se siguió en el duelo entre el Athletic y el AZ Alkmaar. En el retorno de la Europa League a San Mamés. Seis años y medio llevaba La Catedral sin acoger un partido continental y no se iba a permitir que ningún incidente empañara este retorno. Porque la ilusión de la vuelta a Europa no dejó de lado que Bilbao pasaba un examen de seguridad, más sobre todo tras lo ocurrido en Roma, donde unos radicales de Herri Norte lanzaron bengalas hacia la afición italiana en el Olímpico. El Athletic anunció contundentes castigos ante cualquier forma de violencia, con sanciones que van desde los cinco años hasta toda la vida sin volver a pisar cualquier instalación rojiblanca. Lo mismo da San Mamés que Lezama.

Pero ayer el objetivo no era sancionar, sino prevenir. Por ello, se preparó un dispositivo especial de seguridad que llegó a triplicar el número habitual de agentes destinados a un encuentro ordinario y se blindaron los accesos a La Catedral para separar a las dos aficiones. Los autocares de ambos conjuntos modificaron la ruta frecuente, evitando la explanada del estadio y accediendo por su parte baja, desde Olabeaga. Un itinerario que tan solo se sigue en determinados partidos -como por ejemplo en la vuelta de la semifinal de Copa ante el Atlético de Madrid del curso pasado- y como una medida excepcional del protocolo de seguridad.

Además, dos horas antes del pitido inicial se prohibió el acceso a la calle Felipe Serrate, una de las que acaban en San Mamés, porque por ahí fueron escoltados los ultras del AZ –conocidos como Ben-Side– y la Ertzaintza colocó un pasillo de vallas para que pudieran acceder a San Mamés por la puerta 21, controlados y sin altercados. Antes, les tuvieron vigilados en la céntrica calle de Doctor Areilza, donde hicieron su campo base y su zona de avituallamiento.

Sin embargo, tanto alarmismo acabó por ser exagerado puesto que tan solo apareció medio centenar de radicales neerlandeses sin ganas de guerra. De hecho, lo máximo que hicieron fue abrir un bote de humo a su llegada a la explanada de La Catedral. El resto de los 350 aficionados visitantes se mezclaron entre la muchedumbre rojiblanca, en ambiente festivo característico de la Europa League. Un jueves de fiesta.

Un ambiente de Europa dentro de San Mamés

Hubo menos visitantes de los esperados, sobre todo teniendo en cuenta que el AZ Alkmaar suele tener una gran capacidad de movilización. Pero también es cierto que San Mamés tuvo la peor entrada de la temporada. Entre que era jueves a la noche, que el precio de la Europa League va aparte de la cuota de socio y que la UEFA se queda algunas localidades para garantizar la seguridad... ayer fueron 46.328 los asistentes. Se lo pasaron bien, eso sí. Al menos los athleticzales. Porque aunque los goles llegaron en la fase final, los leones fueron verticales y ambiciosos desde el inicio. Porque los aficionados tenían ganas de Europa y los jugadores, también.

Por eso ayer San Mamés volvió a vivir una simbiosis de esas que marcan la idiosincrasia del Athletic. “Ha sido una de las grandes noches de San Mamés. Han sido muchos años sin Europa y tanto la gente como nosotros teníamos muchas ganas. Además, el equipo ha respondido con buena nota así que ha sido una noche especial para todos”, dijo Yuri Berchiche.

Así ha sido la llegada de los ultras del AZ Alkmaar a San Mamés

Así ha sido la llegada de los ultras del AZ Alkmaar a San Mamés Pankra Nieto