Ganó por la mínima el Athletic en Las Llanas. Sin merecerlo en absoluto, pues el Eibar puso el fútbol y las ocasiones más nítidas para que el desenlace hubiese sido bien diferente. Quizá por ello, porque los rojiblancos estuvieron espesos durante toda la tarde, el gol que sentenció el amistoso fuese producto de un auténtico churro.

Quiso Djaló realizar un cambio de juego en el medio campo, casi desde el círculo central, pero un oportunísimo mal bote hizo que el golpeo se convirtiese en una parábola que cogió dirección a la portería. Magunagoitia no tuvo opción a reaccionar y no porque estuviese mal colocado, sencillamente nadie, ni el autor del tanto, podía imaginar que aquel balón terminaría alojado en la red.

Vuelve a ver el Athletic-Eibar de pretemporada Deia

Así se resolvió un encuentro con dos mitades sin punto de comparación. A la igualdad de fuerzas y el aburrimiento que presidieron el amistoso hasta el descanso, siguió un período entretenido, con un ritmo alegre y numerosas aproximaciones a las áreas, previamente territorio vedado para unos y otros. Una transformación que obedeció básicamente a la mejoría experimentada por el cuadro armero. El Athletic nunca estuvo cómodo, pero además en la segunda parte le tocó sufrir, recular y asistir a una serie de acciones que tranquilamente podían haber derivado en una derrota.

De Marcos y Paredes se estrenaron, participaron en la media hora final, mientras que hubo asimismo un episodio negativo, puesto que Adu Ares tuvo que solicitar el cambio nada más regresar de vestuarios. Pareció que se dolía en un tobillo y eludió forzar, lo que adelantó la entrada de Martón al campo. Por cierto, que el césped no colaboró en exceso, se levantó en muchas zonas y el balón no corría.

En la última fase, Ernesto Valverde refrescó el centro del campo al completo, iniciativa que estaría prevista de antemano y que debería haber ayudado a elevar el tono del equipo. Seguro que el técnico estaba molesto con lo que estaba presenciando. La cosa es que puso en liza a Prados, Herrera y Sancet, pero el Eibar perseveró, se sentía a gusto, más ágil y valiente, y aún dispuso de dos remates dentro del área que no subieron al marcador por muy poco, gracias también a Gastesi, quien al igual que Duñabeitia, Adama y Olabarrieta, sumó los noventa minutos.

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En imágenes: El Athletic tiñe de rojiblanco Las Llanas DEIA

La alineación rojiblanca no pilló a nadie desprevenido, se intuía la presencia masiva de meritorios y, en efecto, los chavales coparon un once donde las únicas excepciones fueron Gorosabel y Guruzeta. Era la ocasión idónea para distribuir minutos entre los menos habituales, dado que el siguiente compromiso no puede decirse que se trate de un amistoso sin más, como era el caso ayer. La cita de mañana sábado posee otras connotaciones: delante estará Osasuna, un rival de la misma categoría, y habrá un trofeo en liza.

Joseba Etxeberria

La apuesta inicial de Joseba Etxeberria fue distinta, puesto que alineó al grueso de los jugadores que apuntan a formar el bloque que afrontará la competición oficial. El contraste de planteamientos por parte de los entrenadores deparó una primera mitad presidida por el equilibrio y la casi total ausencia de acciones reconocibles como peligrosas. Aunque el Athletic se esforzó en llevar la iniciativa y amasó una posesión bastante superior, apenas obtuvo un rendimiento ofensivo decente.

Conectar con los hombres más adelantados supuso un serio problema. Olabarrieta, Guruzeta y Adu Ares nunca inquietaron a Magunagoitia, tampoco a la zaga liderada por el eterno Arbilla. En realidad, casi ni intervinieron y solo se registró un remate entre los tres palos, de Adu Ares, muy facilito para el portero. El despliegue de Jauregizar y Unai, especialmente del primero, por momentos omnipresente para robar y distribuir, fue infructuoso y Adama, que se desdobló con frecuencia, tampoco estuvo fino a la hora de poner los centros.

Después de asistir a espectáculo tan anodino, la reanudación únicamente podía resultar más atractiva. Es lo que sucedió y la culpa le correspondió al conjunto dirigido por Etxeberria. Refrescó los extremos y cambió las posiciones de Matheus, que se retrasó para iniciar la elaboración, y Nolaskoain en el centro del campo. Novedades que agitaron al Eibar, le dieron claridad de ideas y verticalidad. Alkain y Eric Pérez fueron un incordio, lo mismo cabe decir de Slavy, el ariete que saltó a la hora de partido.

Avisó Nolaskoain con un trallazo que repelió la madera. Replicaron Canales y Adama, sin veneno, como Alkain más tarde. Sí tuvo más intención el golpe franco de Matheus, que permitió que Gastesi se luciese desviando a córner. Y luego vinieron los dos intentos de Slavy, ambos de muy cerca. No lograba el Athletic controlar la movilidad del adversario y, como se ha apuntado, ya habían salido a escena tres medios más expertos para recobrar el control.

No fue posible, pero entonces Djaló se erigió en el protagonista estelar. Poco más aportó el fichaje, pero el lance sirvió al menos para maquillar un comportamiento general muy discreto. No obstante, el objetivo primordial era acumular minutos, sobre todo por parte de los jugadores menos utilizados hasta la fecha que, en los amistosos restantes, orientados definitivamente a preparar el comienzo de la competición, tendrán un papel corto.

ATHLETIC: Gastesi; Gorosabel (Min. 63, De Marcos), Egiluz, Duñabeiti, Adama Boiro; Jauregizar (Min. 73, Prados), Canales (Min. 73, Ander Herrera), Olabarrieta, Unai Gómez (Min. 73, Sancet), Adu Ares (Min. 48, Martón); y Guruzeta (Min. 63, Djaló).

EIBAR: Magunagoitia; Corpas (Min. 61, Cubero), Carrillo (Min. 61, Berrocal), Arbilla, Arrillaga; Nolaskoain, Sergio Álvarez, Matheus, Pascual (Min. 46, Alkain), Merquelanz (Min. 46, Eric); y Bautista (Min. 61, Slavi).

Gol: 1-0: Min. 85; Djaló.

Árbitro: Aimar Velasco. Sin amonestados.

Incidencias: Unos 3.500 espectadores en el campo de Las Llanas de Sestao para presenciar el encuentro amistoso de pretemporada entre el Athletic y el Eibar. Al término del encuentro, los jugadores del conjunto rojiblanco se fotografiaron y firmaron autógrafos.