El Athletic echó a rodar el sábado en Burgos en un primer test estival en el que no consiguió obtener un resultado positivo. Al igual que sucedió en la apertura de la pretemporada del año pasado en México, donde el conjunto rojiblanco cedió en su primera aparición veraniega ante el Guadalajara (2-0), la derrota acompañó en El Plantío a los de Ernesto Valverde, que perdieron 2-1 frente al equipo que dirige Jon Pérez Bolo y que militará por cuarta campaña consecutiva en la exigente Liga Hypermotion tras coquetear con el play-off de ascenso a Primera División hasta las últimas jornadas del último campeonato. No se trató, en consecuencia, de un rival ni mucho menos asequible para arrancar una pretemporada que continuará su curso en las próximas semanas con vistas a llegar en las mejores condiciones posibles al estreno liguero del 15 de agosto contra el Getafe en San Mamés.
Todo lo que ocurra hasta entonces sobre el verde, resultados incluidos, conviene analizarlo y valorarlo en su justa medida, pues es sabido que las pretemporadas poco o nada tienen que ver habitualmente con lo que posteriormente depara la competición durante diez largos meses. En el caso del Athletic, además, con cuatro competiciones a la vista, lo que sin duda condicionará el tipo de preparación a realizar, sobre todo, una vez se solapen las distintas competiciones. El verano, por tanto, es periodo de pruebas y eso fue exactamente lo que hizo en la visita al Burgos el técnico rojiblanco, que con un total de nueve ausencias, incluidos los dos porteros del primer equipo y los tres campeones de la Eurocopa, aprovechó los primeros 45 minutos para ver a Yuri Berchiche como central zurdo, a Adu Ares como lateral izquierdo y dar vuelo al grueso de titulares con los dos fichajes en liza.
No fue, probablemente, el estreno deseado por ninguno de los dos, pues ni Andoni Gorosabel, ni Álvaro Djaló tuvieron una tarde digna de celebración. Cumplió aun así el expediente el lateral ante la baja del tocado Óscar de Marcos y apenas se mostró el extremo, a quien por momentos se pudo ver alejado de los automatismos propios del colectivo, si bien protagonizó una cabalgada por banda derecha que recordó a las que acostumbran a dibujar los Williams. Dejó así su particular carta de presentación Djaló antes del paso por vestuarios. Después de un primer acto en el que los titulares, con Mikel Vesga obligado a pedir el cambio en el minuto 23, se mostraron faltos de piernas para poner en apuros a un férreo y combativo Burgos que se valió de un inverosímil gol de Yuri en propia puerta desde el centro del campo para adelantarse en el marcador, llegó una segunda mitad en la que los rojiblancos mejoraron sus prestaciones.
Volvieron a encajar los de Valverde en otro despiste, pero la imagen del equipo fue otra con hasta siete cachorros en el terreno de juego. Oier Gastesi, debutante en la portería al sustituir tras el descanso a Alex Padilla, fue uno de los destacados al salvar dos mano a mano en sendas acciones aisladas que no emborronaron el nivel ofrecido por los chavales. Con la colaboración de Iñigo Lekue como central izquierdo, Beñat Prados como pivote de contención, Iñaki Williams en banda izquierda y Javi Martón en punta, los numerosos cachorros citados por Valverde mostraron un buen rendimiento a nivel individual y colectivo, el cual, con la correspondiente dosis de cautela que se precisa, no hace sino constatar los buenos presagios existentes en Lezama con jóvenes valores llamados a derribar la puerta del primer equipo.
Descaro
Junto con Gastesi se fajaron en la segunda mitad los cachorros Hugo Rincón, Unai Egiluz, Adama Boiro, Peio Canales, Aingeru Olabarrieta y Mikel Jauregizar, a quien sustituyó Beñat Gerenabarrena en el minuto 75. De entre los citados, Olabarrieta destacó por encima del resto con una fantástica asistencia de gol incluida a Martón en un centro desde la derecha al primer toque. Exhibió descaro y desparpajo el extremo de Luiaondo, que debutó como león en la penúltima jornada de liga del pasado curso ante el Sevilla.
Asiduo junto con el talentoso Canales en las convocatorias de la selección española sub’19, Olabarrieta asoma como uno de los grandes proyectos de futbolista que guarda Lezama, donde el propio Canales, también de la generación de 2005, es considerado a su vez un centrocampista llamado a hacer carrera en el primer equipo rojiblanco. Ambos, con la personalidad suficiente para hacerse notar sobre el verde, cambiaron la cara al Athletic contra el Burgos en un segundo acto en el que dieron otra velocidad al juego y en el que también lució virtudes Adama. El lateral izquierdo de 22 años de edad, por cuyos servicios abonó el club bilbaino a Osasuna en enero los dos millones de euros que fijaban su cláusula de rescisión, mostró su capacidad para abarcar campo y conectó otro espléndido centro que no acertó a cabecear a gol Martón, quien se reivindicó aun así con un tanto.
Proyectó el Athletic en El Plantío, en consecuencia, a varios jóvenes talentos como los también conocidos Prados y Jauregizar, dos de los últimos productos de Lezama en dar un paso al frente para asomar con el primer equipo, al que se sumó la pasada temporada Unai Gómez y en el que brillo en su segunda campaña como león Aitor Paredes. Brotes verdes, así las cosas, dejó el primer partido de pretemporada disputado en Burgos, donde Yuri, Sancet, Williams y Guruzeta, cuatro pilares que finalizaron el pasado ejercicio con problemas físicos, se mostraron a tono en la búsqueda de un óptimo estado de forma.