Marcelino García Toral regresó a San Mamés dos años después en un partido que acabó envuelto en la polémica por la controvertida actuación del colegiado Cuadra Fernández. “El espectáculo estuvo por encima de las decisiones. Cuando el agua corre, déjala correr”, declaró tras el encuentro el técnico del Villarreal, quien manifestó que “ha sido un buen partido de fútbol. En el primer tiempo estuvimos a un grandísimo nivel, pero en el segundo tiempo todo cambió. Para dejar con diez jugadores a un equipo creo que hay que hacer bastante más y me enfadé bastante. Después sufrimos, el Athletic se adelantó y nosotros íbamos a chispazos, pero en el tramo final atacamos muy bien y después se produjo un penalti. Me enfadé mucho cuando nos expulsaron a un jugador y si me hubieran pitado ese penalti en contra también me habría enfadado mucho. Poco más puedo decir”. “No ganamos, pero nos hubiera gustado jugar once contra once. El árbitro no lo permitió, pero estoy orgulloso de los jugadores”, advirtió asimismo Marcelino.

La Copa

En cuanto a sus sensaciones en la vuelta a San Mamés, el técnico de Villaviciosa las calificó como “muy buenas, emotivas”. “El destino a veces en la vida te juega momentos de dificultad y tristeza y otros momentos de alegría. Mira que tiene que haber casualidades, porque soy el tercer entrenador del Villarreal en la temporada y nos tocó venir a jugar a San Mamés una semana después de que el Athletic jugara la final de Copa. Qué momento más bonito, porque en vez de mandar un mensaje a los jugadores, pude darles el abrazo. Muy bonito”, declaró emocionado Marcelino, sin apenas poder contener las lágrimas, antes de añadir que “estuve aquí año y medio y estos chavales lo merecían. Sufrieron mucho, sufrimos juntos, disfrutamos otros momentos y por fin lograron aquello que tanto deseaban. Creo que el fútbol ha sido justo, porque es imposible pelear más y en más ocasiones. Ha sido un título tan deseado como merecido, por lo que mi enhorabuena para ellos y para esta gran afición”.

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