Por alguna extraña razón, difícil de comprender aún cuando han pasado un puñado de horas, el Atlético de Madrid se empeñó en calentar una eliminatoria que se presuponía ardiente por todo lo que había y hay, pues aún se debe celebrar el partido de vuelta, en juego. Que si “el Bilbao , que si qué mal padre el Athletic por no aceptar cambiar un horario fijado por un tercero –la Real Federación Española de Fútbol, seguramente en consonancia con las televisiones, que son las que mandan en este circo– y una especie de amenaza por parte de Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, a los leones por no poner nada de su parte para modificar el horario del encuentro. Qué se puede esperar por parte de un dirigente al que le cantaban aquello de “Enrique Cerezo, queremos tu pescuezo” y que permite que esos mismos ultras, los del Frente Atlético, con dos asesinatos a sus espaldas, sigan presentes en las gradas del Metropolitano. Pues bueno, en medio de todo ese ruido, el Athletic se trajo un gran botín de vuelta a Bilbao fruto de un enorme sufrimiento y una pizca de suerte.

¿Quién es el favorito para llegar a la final de Copa?

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El ilustre Joaquín Sabina canta aquello de “qué manera de sufrir”, claro que esa frase forma parte del himno del centenario dedicado al Atlético. Pero como quiera que anoche el sufridor fue el conjunto bilbaino, no está de más recordarlo. Pues el Athletic supo resistir. Sufrió más de lo deseado, aunque quizá no de lo esperado, pues no es casualidad que la tropa del siempre intenso y en (muchas) ocasiones insoportable Simeone llevara, hasta ayer miércoles, más de un año sin caer derrotado en su estadio.

Ni con esas. El Athletic parece empeñado en que esta temporada toca. Tras 40 largos años de sequía, los leones no quieren dejar pasar una nueva oportunidad. Incluso sin Nico Williams, fuera de la convocatoria al no estar recuperado de sus problemas musculares. Su lugar lo ocupó Alex Berenguer, quien asumió la responsabilidad de lanzar el penalti en una acción que nació de una gran presión de Iñaki Williams y un par de buenos pases filtrados de Iñigo Ruiz de Galarreta y Gorka Guruzeta. Berenguer engañó a Oblak y abrió un marcador que no se movió más.

Y no porque los locales no lo intentaran. Minimizaron a un Athletic agarrotado y timorato con balón, sin ideas, pero con más moral que el Alcoyano y un enorme despliegue físico, que apeló a la épica para dejar su portería a cero. Así las cosas, iniciará el partido de vuelta, a celebrarse el próximo día 29, con ventaja en el marcador. Mínima, sí, pero cómo para pedir más está la cosa...

Si el Atlético de Madrid no marcó fue por su falta de pericia y el buen hacer de Julen Agirrezabala. El guipuzcoano estuvo a punto de regalarle un gol a Memphis, pero solventó su error con rapidez. Olvidó rápido esa acción y, como si nada hubiera ocurrido, echó la persiana a su portería. Muy seguro por alto, pareció todo un veterano bajo palos pese a tener solo 23 años y verse las caras con jugadores de la talla del citado Memphis, Antoine Griezmann o Álvaro Morata. Si ha habido debate por la suplencia de Unai Simón, que efectivamente lo ha habido, Agirrezabala se empeñó en acallarlo.

Segunda victoria

Atlético 0 - Athletic 1 | El análisis de José Manuel Monje

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Él, y quien ha apostado por él: Ernesto Valverde. Seguro que el técnico no podrá estar del todo contento con el desempeño de los suyos de anoche, pues con balón el Athletic fue un desastre y con sus últimos cambios hundió más al equipo cerca de su portería, donde asomó Agirrezabala para evitar males mayores. Entre el portero y una defensa capitaneada ayer por un excelente Aitor Paredes, Valverde le ganó por segunda vez a Simeone como técnico del Athletic. La anterior fue el pasado mes de diciembre. Ojalá no haya dos sin tres. Aunque sea como anoche. Qué manera de sufrir.

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La cifra

395

El Athletic puso fin a la gran racha del Atlético de Madrid en sus encuentros como local, pues no perdía un partido en el Metropolitano desde el 8 de enero de 2023, cuando cayó frente al Barcelona en liga. 395 días después, los rojiblancos se convirtieron en el primer equipo en asaltar el feudo colchonero.