Hegemonía reforzada
Cumplidas las bodas de plata del club, la hegemonía del Athletic en el fútbol estatal se ve reforzada tras la irrupción en 1928 de otra competición: la Liga. El club rojiblanco, que ya por entonces era el rey de Copas, amplía su dominio al nuevo campeonato. Pese a que es el FC Barcelona el que estrena su palmarés, el equipo bilbaino se lleva cinco de las primeras doce ediciones, siendo de largo el más laureado en ese primer tramo de la historia liguera. En ese mismo período entre 1924 y 1943, con el paréntesis que supuso la Guerra Civil, añadió cinco nuevos entorchados coperos a los diez que ya había logrado antes.
El Athletic se hace además con el primer doblete, al ganar en la temporada 1929-30 la segunda edición del torneo de la regularidad y la Copa, éxito que repite en la campaña siguiente. En ella se produce la que, hasta día de hoy, sigue siendo la mayor goleada de la Liga en toda su historia. El 8 de febrero de 1931, los leones dirigidos por el icónico Mister Pentland endosan un humillante 12-1 al Barça. Siete de los goles locales los marca Agustín Sauto Bata. Casi un siglo después, el barakaldés se mantiene como el segundo máximo anotador rojiblanco con 208 dianas, por delante de Dani (199) y sólo superado por una leyenda de la talla de Telmo Zarra.
En ese partido también vieron portería jugadores como Lafuente, Iraragorri y Bala Roja Gorostiza, que junto a Chirri y el citado Bata conformaron la primera delantera histórica del Athletic.
