Un foco de atracción

La ría de Bilbao, la misma que, casi cien años después, asistiría al paso de la Gabarra con los leones a bordo, sería a finales del siglo XIX la vía de entrada en Bizkaia de un sport que ya levantaba pasiones en Gran Bretaña y que no tardaría en hacerlo por estos lares. Los marineros y trabajadores ingleses que acudían al reclamo de la emergente industria minera y siderúrgica introdujeron el football, disciplina que fue adoptada con entusiasmo por la juventud local.

La semilla que germinó en la célebre Campa de los Ingleses floreció cuando los deportistas del bilbaino Gimnasio Zamacois crean en 1898 el Athletic Club y empiezan a reunirse en las campas leioztarras de Lamiako para jugar los primeros partidos.

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La historia del Athletic, en imágenes Borja Guerrero/ Pablo Viñas/ Ángel Ruiz de Azúa/ Zigor Alkorta

A partir de ahí, todo sucede de forma vertiginosa. En 1902, se disputa en Madrid la Copa de la Coronación de Alfonso XII, conquistada por el Bizcaya, equipo formado por jugadores del Athletic Club y el Bilbao FC. Esta entidad desaparece en 1903 y sus miembros se integran en el Athletic, que sale reforzado. Por entonces, abundaban los jugadores ingleses en sus filas, pero en 1912, tras ciertas controversias en el torneo copero, el club decide prescindir de extranjeros a partir de ese momento. Para entonces ya militaba en el equipo José María Belauste, primer mito rojiblanco. Poco después se incorporaría otro aún mayor: Rafael Moreno Pichichi. Su apodo quedó para la posteridad como sinónimo de goleador. Él sería quien marcaría el primer gol del Athletic en San Mamés, inaugurado en 1913 y que se convertiría en la Catedral. El cuadrado bilbaino, el rival a batir en aquella época, ganó en sus primeros 25 años de historia un total de diez Copas.