Reconstrucción
La trayectoria hegemónica del Athletic de la década de los 30 se vio truncada por la Guerra Civil. El alzamiento franquista llevó al exilio a muchos jugadores rojiblancos, que se integraron en el equipo Euzkadi auspiciado por el Gobierno Vasco. Finalizado el conflicto bélico, era el momento de la reconstrucción, también para el club bilbaino. Floreció de aquellas cenizas una generación de talentosos futbolistas que harían recobrar la ilusión a la afición rojiblanca. Entre 1939 y 1940 habían debutado Gainza, Panizo, Zarra e Iriondo. A ellos se uniría Venancio en 1945. Los cinco formarían una delantera menos laureada que la formada años antes por Lafuente, Iraragorri, Bata, Chirri y Gorostiza, pero que ha quedado más marcada en el imaginario zurigorri.
Telmo Zarraonandia Zarra se convertiría sin duda en el mejor ariete de la historia del club. Los números que dejó son estratosféricos. Ganó en cinco ocasiones el trofeo Pichichi, marca sólo superada por Messi 67 años después, en 2020. Sus 38 goles en una misma campaña (1950-51) fueron el mejor registro realizador hasta que Cristiano Ronaldo lo superara con 40 dianas en la 2010-11. Sus 335 dianas en 354 partidos como león son simplemente imbatibles. Cuatro de ellos los marcó en la final de Copa de 1950.
El primero de aquel quinteto en debutar, Gainza, fue el que más tardó en retirarse. Estuvo 22 temporadas en un equipo del que luego sería entrenador. El último trofeo que alzó como capitán fue la Copa de 1958, conocida como la de los once aldeanos. En la final jugada en Chamartín, el Athletic venció por 2-0 a un Real Madrid que reinaba en Europa comandado por Di Stéfano. Aquel recordado éxito marcó el fin de un ciclo glorioso.