Como si de una bilbainada se tratase, o al menos algo por el estilo, dos vizcainos se montaron el pasado viernes en un avión en el aeropuerto de Loiu, hicieron una escala obligada en Madrid y un puñado de horas después estaban aterrizando en Ciudad de México. De ahí, tras una breve visita por la ciudad para conocer los lugares más singulares de la misma, partieron hacia Guadalajara, donde el Athletic realizó la primera de sus dos paradas en la gira por tierras aztecas que tocará mañana a su fin, tras la disputa del segundo encuentro de pretemporada, que servirá para conmemorar el centenario del Necaxa. En Aguascalientes concluirá el stage veraniego de los leones, pero no las andanzas mexicanas de Josu Aspiazu, de Santutxu, y Ricardo Alonso, Ritxi, de Gamiz-Fika, rojiblancos de cuna y miembros ambos de la peña Gamiz-Fika, que seguirán recorriendo el país durante algunos días más. Son dos locos por México. Porque de otra forma no se explica que hayan hecho las maletas para seguir al conjunto rojiblanco a más de nueve mil kilómetros de casa.
Recibidos en Guadalajara con los brazos abiertos por sus amigos de la peña México Athletic, fueron ellos los culpables de que la pareja de amigos decidiera embarcarse en este larguísimo viaje. Claro que la pasión que ambos respiran por el Athletic también tuvo mucho de culpa. Toda probablemente. “Cuando fueron los de la peña México a Bilbao en enero estuvimos comiendo con ellos en un ambiente muy bonito. Entonces, Goyo Blasco –presidente de la misma– nos animó a ir al país azteca. ‘Oye, ¿por qué nos os animáis a venir?’”, rememora Aspiazu. Se miraron entonces los dos amigos, que sin decirse nada lo dijeron todo con la mirada. “Ahí ya nos fuimos animando. Pero claro, no íbamos a venir para una semana, que venir hasta México para una semana es muy poco. Nos liamos del todo, en abril sacamos todos los billetes y aquí estamos”, agrega.
PALABRA DE VASCO
“Les dijimos que sí y ya sabes, palabra de vasco”, agrega Ritxi, emocionado, en el hotel de concentración del Athletic en Guadalajara, donde aprovechan las facilidades dadas por el club para poder fotografiarse y charlar durante un puñado de minutos con varios de los jugadores rojiblancos, que les atienden a ellos y a varios miembros de la peña México Athletic en la recepción. A aquella primera conversación en enero le siguió otra en marzo, cuando Mundaka le dedicó una calle a Gregorio Blasco, el primer gran portero de la historia del Athletic. La familia Blasco, que acudió orgullosa hasta la localidad costera desde México para rendir tributo a su ilustre familiar, terminó por convencerles. “Estuvimos con ellos comiendo en un txoko y ahí ya nos terminaron de convencer del todo, si es que no lo estábamos ya”, puntualiza Ritxi.
También se encontraron con el apoyo de sus familias. “La mía me dice que aproveche la experiencia a tope”, apunta Josu Aspiazu. Ritxi, por su parte, contó con el visto bueno de su hijo: “Yo vivo con mi hijo y me dijo: ‘aita, lo que no hagas ahora no lo vas a hacer nunca’”. Y se animó, vaya que sí lo hizo.
Eso sí, no parece que les hagan falta muchos ánimos para seguir al conjunto bilbaino allá donde juegue. Que es en México, pues en México; que es en Europa, en Europa. “Antes nos íbamos a casi todos los partidos del equipo por Europa, pero como llevamos un tiempo de escasez…”, relata Aspiazu. Eso sí, seguido recuerda la posible sanción a Osasuna y la opción de que los leones ocupen la plaza: “Lo hemos estado hablando esta mañana. Parece que este año igual hay que hacer alguna excursión por Europa”. Josu Aspiazu y Ricardo Alonso, dos locos por México siguiendo al Athletic.