Después del entrenamiento a puerta abierta en San Mamés, varios jugadores del Athletic han cambiado las botas por sonrisas y el césped por los pasillos del Hospital de Basurto, Cruces e IMQ. Allí, lejos de los focos y del ruido de la grada, les esperaban los verdaderos campeones: las y los niños ingresados.
La visita ha sido sencilla y profundamente especial de la plantilla rojiblanca. Entre ellos Nico Williams, Aymeric Laporte, Iñaki Williams, Jauregizar, Nico Serrano, Lekue y Unai Simón han compartido tiempo, palabras y gestos con los pequeños, regalándoles balones, peluches y momentos difíciles de olvidar. Uno de los instantes más emotivos ha llegado cuando uno de los jugadores ha entregado a un niño un león de peluche, símbolo del Athletic y, por un rato, también de fuerza, compañía y esperanza.
No ha habido goles ni victorias que celebrar, pero sí abrazos, miradas cómplices y sonrisas sinceras. Para muchos de esos niños, el día ha cambiado de color. Para los jugadores ha sido un recordatorio de que el fútbol también sirve para acompañar, para estar y para hacer un poco más llevadero lo difícil. Porque hay partidos que no se juegan en estadios y triunfos que no figuran en ninguna clasificación. Y en Basurto, Cruces e IMQ, por unas horas, ganaron todos.