El Mercado de la Ribera permanece casi inalterable, como un testigo silencioso de otro Bilbao. Este miércoles, las uvas han sido el bien más codiciado. Sobre precios y tendencias, las opiniones varían. “Se siguen usando, pero los jóvenes se han pasado a las chuches”, admite Jesús María Azabal, de Frutas Jesús y Rosi.Empecé aquí con 15 años y ahora tengo 60. Antes cada puesto vendía solo una cosa”. Su mirada se pierde en el recuerdo. “Hubo un año sin uvas y llegaron a venderse a 1.000 pesetas”. Hoy ofrece uva con pepita a 2,98 euros el kilo y calcula vender unos 150 kilos en tres días.

Una vida tras el mostrador

Un par de calles más allá, en el puesto de Pilar Burgoa, la tendencia es clara. “Se vende más la uva sin pepita; está a 6,20 euros el kilo”, señala. Chelo González ha sido de las primeras en recoger su racimo. “Elegimos sin semilla porque es más cómodo”, comenta ilusionada. Para el nuevo año solo pide “salud y trabajo para mis hijos”.

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Aitor Ogando y Carmen Zárate también se llevan uvas, aunque no las comerán juntos. “Pon más, que seremos bastantes”, pide Aitor. Él trabaja como enfermero en el Hospital de Basurto y le toca turno en Nochevieja. Carmen lo tuvo en Navidad. La cara más humana de las fiestas obliga al matrimonio a esperar a Reyes para reunirse. “Eso sí, las uvas no pueden faltar; me las llevaré al hospital”, asegura.

Pese a las modas y a los cambios de consumo, hay tradiciones que permanecen, discretas pero firmes. Es el caso de las uvas. Porque nadie quiere empezar el 2026 tentando a la suerte.