EIO tiene cinco años, cinco meses y diez días. Justo el tiempo que ha empleado Iñaki Williams en batir el récord de continuidad de LaLiga. El delantero bilbaino sumó ante el Alavés 203 encuentros consecutivos en la competición doméstica. Cinco años, cinco meses y diez días jugándolo todo. Ayer, los dos saltaron al césped de San Mamés vestidos de rojiblanco. Iñaki y Peio. El primero lo hizo para entrar en la historia de la liga y, de paso, hacer sudar a la defensa albiazul. El segundo, junto a Iker, otro pequeño socio, lo hizo para entregar al 9 del Athletic una camiseta conmemorativa con el 203, la cifra dorada, a la espalda. Es decir, el club de Ibaigane quiso juntarles en una foto para el recuerdo porque ambos comparten una fecha clave en sus vidas. El 20 de abril de 2016, Peio vino al mundo. Y el 20 de abril de 2016, Williams debutó en liga con el primer equipo. Desde entonces, el atacante lo ha disputado todo en el torneo estatal, haciéndose con el récord que marcó el txuri-urdin Juanan Larrañaga en la década de los 90. Desde entonces, Iñaki ha sido perpetuo y sus prestaciones, sempiternas.

Porque que el delantero se hiciera con el récord de continuidad era simplemente cuestión de paciencia. Algo que llevaba amenazando durante bastante tiempo. Y es que, durante su carrera, Williams está exhibiendo un físico envidiable, casi sobrenatural, que le ha mantenido no solo infatigable sino también alejado de las lesiones. Incólume. Pero, además, le ha llevado a convencer a cinco entrenadores diferentes. Cinco pizarras. Cinco formas de jugar. Y en todas, Iñaki figuraba como pieza fundamental. Ernesto Valverde, José Ángel Ziganda, Eduardo Berizzo, Gaizka Garitano y ahora Marcelino García Toral se han rendido a sus cualidades particulares. A las aptitudes inherentes que han llevado a Williams a disputar 203 compromisos, 169 como titular y 34 desde el banquillo, consecutivos. De esas propiedades diferenciales siempre destacó la velocidad. La presteza con la que abría un hueco y la aceleración con la que lo explotaba. Pero sus entrenadores también subrayaron siempre su sacrificio en la presión y su trabajo por el equipo.

Todas ellas, velocidad, trabajo y sacrificio, las exhibió ayer ante el Alavés. Pero es que además el delantero del Athletic saltó a San Mamés con ganas. Puede que batir el récord le estimulara o puede que simplemente el planteamiento del partido se amoldara a sus cualidades; pero anoche Williams se gustó. Estuvo participativo y peleón. Fue tan omnipresente como su trayectoria liguera, estuvo siempre donde se le requiso. E incluso por momentos pareció disfrutar del don de la ubicuidad. Achuchó en la salida del balón del Alavés, se pegó a la banda para encontrar autopista y se fue al centro para asociarse, sobre todo, con Muniain y Dani García. No pudo marcar, esa medalla se la puso Raúl García; pero ayer Marcelino eludió la escasez goleadora de Williams -lleva 39 dianas en los 203 partidos ligueros- y solo tuvo palabras de elogio para su delantero: “Ha hecho un grandísimo partido y estamos muy felices por él, por la contribución que ha hecho y por el récord. Solo puedo darle la enhorabuena porque en el fútbol actual es la leche poder llegar a ese número. Jugar ininterrumpidamente lleva implícitas muchas cosas detrás y tiene que estar orgulloso de lo que ha conseguido”.

manteo espontáneo

Williams se entregó al partido, se vació por la causa y de su trabajo se aprovechó el Athletic para regresar a la senda del triunfo. Por ello, al finalizar el encuentro, sus compañeros, la plantilla entera, agradeció y felicitó a su 9 con un manteo espontáneo. Con todo, Iñaki, en sala de prensa, recordó a esos dos niños, esos dos pequeños socios, Peio e Iker, que le homenajearon al comienzo: “Ha sido especial ver a esos dos chavales que han nacido en fechas importantes para mí con ese brillo en los ojos. Ese brillo con el que yo iba al San Mamés antiguo y con la ilusión con la que voy a entrenar todos los días a Lezama. Representar al Athletic es un sueño hecho realidad y por eso estoy contento, feliz y motivado. Intento estar siempre disponible y este récord es el premio al esfuerzo diario”.

“Estoy orgulloso y feliz. Intento estar siempre disponible y este récord es el premio al esfuerzo diario”, destacó Iñaki Williams

El delantero bilbaino, que fue manteado por sus compañeros, se mostró participativo y se llevó los halagos de Marcelino