¿El Marcelino que llegó en enero al que se encontraron tras la vuelta de las vacaciones ha cambiado en algo?

-Sí.

¿En qué?

-Nos tiene enchufados desde el minuto uno. En los entrenamientos también, no nos deja ni un momento de relajación. Y luego el tema de dietas, comidas, pesa y pliegues… Si te pasas de la línea te toca o venir a entrenar a la tarde o multa. Nos tiene miradísimos. Pero eso es bueno. Para que estés para competir al 100% tienes que estar en unos límites.

¿Cuando llegó no era tan exigente como ahora en eso que comenta?

-Llegó con la temporada a medias, con un plan de trabajo físico establecido con anterioridad y es diferente. Lo fue metiendo poco a poco para que nos fuésemos familiarizando.

Entiendo que usted en ese aspecto no habrá tenido problemas…

-Bueno, nos ha hecho afinar a todos eh. Yo he bajado unos dos kilos. Y se nota. Ahora mismo te digo que se nota.

¿Para bien?

-Sí. En el campo estás más ágil.

Lo digo porque quizá podría darse el caso contrario de que haya quien bajando de peso no se sienta tan cómodo como antes con un kilo más.

-También podría pasar. Cada cuerpo es un mundo.

Dani García reconoció hace poco que algunos días había pasado hambre. ¿Usted también?

-Sí (se ríe). Ha habido noches que ni he cenado. Un yogur como mucho, o ni eso a veces.

¿Durante la temporada les es difícil mantener siempre esa misma línea?

-Aquí nos pesan a diario. A veces vienes con medio kilo más, 300 gramos más, otras con 100 gramos menos… Pero vamos, que estamos todos concienciados. Si un día te pasas un poco en la comida ya sabes que para cenar un yogur y agua para compensar.

Ha afirmado que es algo positivo y que les ayudará en el rendimiento, pero ¿qué tal está llevando esa exigencia?

-Yo lo llevo bien, pero sí es verdad que al inicio de la pretemporada me costó un poco. Salí de una lesión que me impedía correr con normalidad, cogí grasa y peso…

Pero entiendo que no se le exigiría al nivel de sus compañeros, ¿o sí?

-Sí, igual, porque empecé a entrenar a la par que el resto y estaba algo pasadito. Es normal. He tenido que recuperar y listo. Ha habido días en los que por ejemplo no he comido hidratos y lo he notado entrenando porque me faltaba chicha. Entrenaba media hora y no podía más. Pero ahora ya estoy bien.

Ha expuesto largo y tendido el tema de las exigencias físicas. ¿En qué ha cambiado en lo táctico?

-En el tema defensivo le gusta que seamos atrevidos, que no nos repleguemos atrás y esperemos atrás. Que saltemos a la presión los laterales. A mí me gusta esa forma de jugar. Luego con balón no le gusta andar con mucho toque atrás, que es igual el fútbol que se lleva hoy en día, a él le gustan los balones interiores, diagonales por dentro y hacia adelante.

En el aspecto defensivo, antes de jugar contra el Barcelona, Marcelino habló del objetivo de dejar la portería a cero en 15 ocasiones. De momento lo han logrado en dos ocasiones en los primeros tres partidos. No va mal la cosa…

-No sabía que había dicho eso, pero de momento vamos en buena línea (se ríe). Si no nos meten en 15 partidos eso supondrá sumar al menos 15 puntos, que no son pocos. El año pasado, por fallos tontos perdimos muchos puntos que nos impidieron dar ese salto y estar peleando arriba.

¿Alcanzar posiciones europeas es el objetivo de la temporada?

-Objetivo… Es lo que nos gustaría. Hoy en día todos los equipos tienen buenos jugadores. El fútbol está muy igualado salvo por los grandes. Nosotros nos marcamos el objetivo de poder llegar. El año pasado no, pero en las dos anteriores lo tuvimos ahí, pero no se nos escapó. Intentaremos no pegar en el palo, y si pega, que entre.