Nunca es tarde si la dicha es buena. Por supuesto, nunca es un mal momento para vencer al Atlético de Madrid, más aún si este llega a San Mamés como líder y tras su visita a Bilbao la opinión generalizada es que el conjunto colchonero se ha podido dejar media liga. En lo que al Athletic respecta, reencontrarse con la victoria tras nueve partidos sin hacerlo, después de encadenar cinco empates seguidos en liga y entre medias caer derrotado en dos finales de Copa, no hace sino ahondar en sus lamentos. Recordar lo que pudo haber sido y lo que quizá pueda ser, ya que si gana mañana miércoles al Valladolid en el encuentro aplazado de la trigésimo primera jornada, se meterá de lleno en la pugna por los puestos europeos. Si vence, se quedará a solo cinco puntos de la séptima posición que ocupa a día de hoy el Villarreal y que da acceso a la Conference League, la nueva competición auspiciada por la UEFA; si pierde, dirá adiós a cualquier opción de jugar la temporada que viene en Europa.

Quizá suene a bilbainada, y posiblemente lo sea, más aún teniendo en cuenta la dinámica del equipo en el último mes y medio largo de competición, desde las semifinales de Copa ante el Levante y hasta hoy, pero ganar al Valladolid obligaría a un esfuerzo extra en los cinco encuentros restantes para tratar de dar la campanada y colarse en los puestos europeos. Eso sí, cualquier mínimo despiste echaría al traste toda opción. En este sentido, Marcelino García Toralrecordó tras el triunfo contra el Atlético de Madrid que "el séptimo puesto está muy difícil". "Tendríamos que ganarlo prácticamente todo y, aun así, puede que no nos alcance".

Por delante, además de la cita de mañana miércoles ante el Valladolid, aguardan Sevilla, Huesca, Osasuna, Real Madrid y Elche. Dos de los cuatro primeros de la clasificación -el Madrid es segundo y el Sevilla, cuarto-; uno de mitad de tabla, Osasuna; y tres de los cuatro últimos de la tabla. En condiciones normales, el calendario invita a creer en que no es un imposible el objetivo de pelear por Europa, pero con este Athletic, que se ha dejado hasta diez puntos en cuatro de los siete partidos que ha disputado ante los cinco últimos de la liga o, dicho de otra forma, cuatro puntos en los cinco partidos jugados ante Alavés (16º), Valladolid (18º) y Eibar (20º), cualquier cosa puede suceder.

Es ahora, cuando se juegan las habichuelas, en el momento en el que se deciden todos los objetivos, cuando hay lugar para el lamento, el de recordar los puntos que se quedaron por el camino. Aquella derrota ante el Alavés en Mendizorrotza en un partido en el que los leones, aún con Gaizka Garitano en el banquillo, ni siquiera fueron capaces de rematar a puerta una sola vez y cayeron por la mínima merced a un tanto de Rodrigo Ely; los tres puntos que se esfumaron de Pucela (2-1) en un encuentro en el que la falta de puntería castigó a los rojiblancos; o los dos recientes empates frente a Eibar (1-1) y Alavés (0-0) en San Mamés justo antes de cada una de las dos finales de Copa.

Llegados a este punto, tampoco puede obviarse lo ocurrido en dos encuentros que han reflejado a la perfección uno de los grandes problemas que han perseguido al Athletic a lo largo del curso, su falta de pegada. No obstante, sus dos delanteros titulares, Iñaki Williams y Raúl García, únicamente han logrado cinco y cuatro goles en liga, respectivamente. Especialmente recordada es la derrota (0-1) sufrida frente al Cádiz en La Catedral en una cita en la que los gaditanos jugaron prácticamente toda la segunda mitad con un futbolista menos y se quedaron con nueve con 20 minutos aún por disputarse. Más recientemente, el pasado miércoles concretamente, los leones no pasaron del empate a cero en el Benito Villamarín ante un Betis que jugó con diez casi todo el encuentro tras la tempranera expulsión de Fekir por una feísima entrada sobre Vencedor. Cierto es que los rojiblancos merecieron mejor suerte, pero cuando no se marca es difícil sumar de tres en tres.

a por la segunda seguida

Al margen de esos diez puntos perdidos ante tres de los cinco equipos que ocupan las últimas posiciones en la clasificación, así como de los encuentros mencionados ante Cádiz y Betis, y sin olvidar que el Athletic ha ganado al Atlético de Madrid, líder, y al Sevilla, cuarto, otro de los impedimentos para estar más cerca de Europa es que hasta la fecha el conjunto rojiblanco no ha sido capaz de enlazar dos victorias en liga. Marcelino ha hecho alusión en sus últimas comparecencias ante la prensa a la falta de competitividad de su equipo, lo que irremediablemente va ligado a la regularidad. Y es que precisamente si algo no ha conseguido el Athletic en sus últimas tres o cuatro temporadas ha sido eso, mantener una línea regular. Mañana miércoles, ante el Valladolid, tiene el doble reto de encadenar dos triunfos y, de paso, acercarse a cinco puntos de Villarreal, el equipo que ocupa la séptima posición, la última que da derecho a jugar en Europa.