El Athletic camina en un trayecto de contradicciones. Es lo que genera estar vivo en más de una competición, que también causa su punto de estrés. El conjunto de Marcelino García Toral superó el jueves la barrera de los cuartos de la final de la Copa, con prórroga y tanda de penaltis incluidos, a costa del Betis y menos de 65 horas después debe afrontar un nuevo encuentro, en esta ocasión dentro de LaLiga Santander, ante el Valencia, que se perfila a día de hoy como uno de sus rivales directos. Marcelino, que se reencuentra con su exequipo y que sigue siendo gracias al actual técnico rojiblanco el vigente campeón de Copa hasta por lo menos la noche del próximo 3 de abril, solo ha dispuesto de dos entrenamientos, y el primero fue de recuperación tras el monumental desgaste en el Benito Villamarín, para preparar el compromiso frente a un descansado conjunto che que se presenta en San Mamés con la intención de coger a un despistado Athletic, quizá más centrado en el duelo de ida del jueves de la semifinal copera con el Levante, y poner en apuros a los leones, conscientes de que no pueden descuidar la competición que les da de comer, ya que la zona de ascenso se encuentra a un pequeño colchón de cuatro puntos. Al Athletic, por tanto, le toca cambiar de chip y activar el modo liga.El encuentro proyecta un tufillo a trampa. Lo es porque se trata de la primera ocasión en que Marcelino cuenta con el parte de guerra más amplio en este poco más de un mes que ejerce en el banquillo bilbaino. Conoce la baja de antemano de Raúl García, que el pasado domingo recibió en el Camp Nou la quinta amarilla del ciclo que le acarrea un partido de suspensión, y a la ausencia de uno de los futbolistas más inspirados en los duelos recientes se les une las de Iker Muniain, que no pudo jugar ya el jueves frente al Betis, y la de Asier Villalibre, ambos por sendas lesiones musculares, lo que reduce prácticamente a la mínima expresión sus recursos ofensivos. El técnico, sin embargo, había manejado la opción de reclutar al menor de los Williams, Nico, que incluso asomó de inicio en una lista que de seguido corrigió el club, ya que ayer el hermano de Iñaki participó en la sufrida victoria del filial en el derbi de Urritxe frente al Amorebieta. El Valencia tampoco está como para echar cohetes, ya que viaja sin los centrales Mangala y Diakhaby, sin el lateral Piccini y sin los atacantes Gameiro y Cheryshev, aunque Javi Gracia sí ha citado a sus tres refuerzos invernales impuestos por la dirección deportiva, Oliva, Ferro y Cutrone.

Así las cosas, Marcelino, que ha convocado a veinte jugadores, está obligado a innovar en su plan habitual. Carece de un nueve tipo sin Raúl García ni Villalibre, por lo que el ataque apunta a una versión similar a la que aplicó en los dos partidos de Copa en Ibiza y Alcoi, con Sancet de segundo delantero junto, en este caso, a Williams, que deberá buscar soluciones para superar la zaga de un Valencia que ha retomado el vuelo tras su errante arranque de liga. Solo ha perdido uno de sus últimos cinco partidos ligueros, con una cosecha de ocho puntos sobre quince posibles, una tendencia de la que tiene que tomar buena nota el Athletic, que, en cambio, fue capaz de golear al Getafe en su anterior comparecencia en San Mamés.

El de Villaviciosa quiere centrarse exclusivamente en el choque de esta tarde y a partir de las 18.00 horas pasadas comenzará a darle vueltas al duelo del jueves en el primer asalto de la semifinal de Copa con el Levante. Sea como fuere, Marcelino sí podría ejecutar algún retoque más en su puesta en escena y dar un respiro a futbolistas como De Marcos, Yeray o el mismo Dani García, pero siempre sin renunciar a su casi innegociable sistema, con lo que podría dar la alternativa a Unai Núñez en la zaga, repetir con Vesga en la medular o modificar alguna de las bandas.