La aventura bética de Joan Francesc Ferrer (Vilasar de Mar, 1-I-1970), más conocido en el mundo del fútbol como Rubi, tocó a su fin el pasado mes de junio, solo unas pocas horas después de que el Athletic se impusiera a su Betis gracias a un precioso remate de tacón de Iñigo Martínez, que se estrenó como goleador con la zamarra rojiblanca de una inusual manera. Aquel choque de la trigésima jornada de una liga condicionada sobremanera por la pandemia del coronavirus, fue el último que dirigió el técnico catalán, cuyo proyecto con el conjunto andaluz ni siquiera llegó a una temporada de duración. Demasiada presión tal vez para un entrenador que salió del Espanyol después de devolver al equipo a competiciones europeas y de que el Betis abonara el casi millón de euros que figuraba en su cláusula de rescisión. La derrota ante el Athletic de Gaizka Garitano puso fin a su etapa en Sevilla mucho antes de lo que le hubiese gustado y, caprichos del destino, una derrota del conjunto rojiblanco mañana ante el Betis podría acabar con la destitución del entrenador de Derio.

El fútbol tiene estas cosas. Y todo va encaminado a que el choque que se disputará en San Mamés podría ser el último de Garitano como técnico del Athletic. Para ello, atendiendo a las distintas filtraciones de los últimos días, los bilbainos deberían encajar una nueva derrota, la sexta en nueve partidos. Ganar, parece ser, permitiría al técnico mantener su puesto, mientras que se desconoce qué sucedería en caso de empate.

Lo que sí parece claro es que la Junta Directiva que lidera Aitor Elizegi ha movido ficha y tiene más o menos tomada una decisión. Motivada por los malos resultados de la presente campaña, que se traducen en haber obtenido únicamente nueve de los veinticuatro puntos posibles, pero que también podría encontrar motivos en lo acontecido en el tramo final del curso pasado. No obstante, aunque es innegable el mérito de Garitano de voltear una situación muy delicada en la temporada 2018-19, y de clasificar al equipo a una final de Copa que aún está por disputarse pero que apunta al 4 de abril del próximo año, tampoco puede pasarse por alto la dinámica del equipo desde aquel choque con el Betis del pasado curso.

pobres números

En los cinco meses que han transcurrido desde el 20 de junio, el de la victoria ante el conjunto andaluz, el Athletic ha disputado un total de 16 partidos, ocho de la pasada campaña y otros tantos de la presente. En ambos casos, el número de victorias y derrotas es idéntica. Ya que tras imponerse al Betis en la trigésima jornada, el conjunto rojiblanco acabó la liga con un balance de tres triunfos y cinco derrotas, números calcados a los de este inicio de temporada. Así las cosas, en esas 16 citas los bilbainos han sumado 18 puntos de 48 posibles. Un bagaje demasiado pobre y que equivale a haber obtenido un 37,5% de los puntos en juego, dato que es el mismo en el caso de que el análisis se limite a los ocho encuentros del actual curso o bien a los del tramo final de la pasada liga.

Los malos registros, además de por la gris imagen que con asiduidad ha ofrecido el equipo, se entienden debido a su dificultad para asociarse con el gol. No obstante, en los ocho encuentros disputados el Athletic ha marcado únicamente siete goles -solo el Eibar (6) ha anotado menos-, que han llevado al firma de cinco futbolistas distintos: Williams (2), Unai López (2), Muniain (1), Sancet (1) y Berenger (1). Ganar mañana al Betis y mejorar esos registros en un corto espacio de tiempo permitirían a Garitano seguir en su puesto. De lo contrario, tras provocar en cierta medida el despido de Rubi del Betis, el conjunto andaluz podría ser el último al que se enfrente como entrenador del Athletic.