bilbao - Vamos, que Gaizka Garitano hizo buenas sus palabras de la víspera, cuando declaró su amor por la Copa, competición “a por la que vamos desde el minuto cero”. El calendario ha querido que el derbi de ayer, señalado en rojo al arranque de la campaña, perdiera chicha por llegar a pocos días de las semifinales en el torneo del K.O., el gran objetivo a corto plazo del Athletic y de la propia Real Sociedad. Se intuían cambios en el once de Garitano por las sensibles y obligadas ausencias, pero quizá sorprendió su plan rompedor, sobre todo en medio campo hacia arriba. No en vano, solo repitieron de inicio cuatro jugadores -Unai Simón, Ander Capa, Yeray y Unai Núñez- respecto a los que se enfrentaron el pasado jueves al Barça, lo que supuso toda una declaración de intenciones del derioztarra, que asumía el enorme riesgo de su apuesta.

Lo cierto es que la revolución que aplicó estuvo cerca de saldarse de forma positiva, pero el punto que parecía sumar el conjunto rojiblanco voló por dos errores defensivos que se pagan muy caro en este tipo de duelos de máxima exigencia. El Athletic tuvo poco fútbol, pero mucho orden, que es lo que buscaba Garitano, sabedor de que la Real también reservó recursos, aunque no con tanta alevosía. El 1-0 fue un cúmulo de despropósitos en una acción generada por el sueco Isak, que se convirtió en la pesadilla de los leones y especialmente de Yeray desde que saltara al campo en el minuto 55, que culminó Portu. El propio Isak hizo el 2-1 tras aprovecharse de otro desajuste de los rojiblancos, incompresiblemente blandos cuando tocaba blindarse.

Ya no hubo capacidad de reacción, impotencia encarnada en Iker Muniain, que se ganó una justa expulsión por su dura entrada a destiempo sobre Oyarzabal. Garitano dio, eso sí, oportunidad a muchos meritorios para reivindicarse, aunque la mayoría de ellos no la aprovecharon al asomar una versión muy floja que obliga a hacer su necesaria reflexión de cara a la planificación para la próxima temporada, aunque queda aún mucha tela que cortar en la presente, sobre todo en la Copa, la que guía a Garitano.