1. Una penosa puesta en escena

El Athletic se traiciona a sí mismo en los peores veinte minutos de la etapa de Gaizka Garitano, al que tampoco le sirvió su cambio táctico en el segundo acto para poner fin a su buena racha

bilbao - Quién te ha visto y quién te ve. El Athletic traicionó ayer al Athletic. Por lo menos al de Gaizka Garitano, al que se conoce sin ambages. El colectivo rojiblanco fue una sombra de sí mismo por culpa de una puesta en escena penosa y que sorprendió a propios y extraños. Porque semejante caraja está más asociada a un equipo sin alma, en plena depreciación, que a uno que llega en racha, que presume de una coraza casi irrompible. De ahí la sorpresa general que causó un Athletic menor, irreconocible y que sirvió en bandeja la victoria al Betis en unos veinte minutos imperdonables en el fútbol de élite y que obligan a una reflexión que explique tal descomposición que dejó al personal atónito. Fueron probablemente los peores veinte minutos de la época Garitano y que, de paso, encumbraron a Joaquín, que firmó el primer hat-trick de su carrera a los 38 años de edad. Ver para creer.

El Athletic de Garitano se reconoce en la intensidad que aplica a sus acciones y en las pocas facilidades que da al rival. Ayer se difuminaron sus señas de identidad de un plumazo. Habrá que entenderlo como ese mal día que tiene todo equipo a lo largo de una liga. Es la lectura que saca un vestuario que se fue de Sevilla tocado por ese inicio tan depresivo que los leones ofrecieron en el Benito Villamarín, un campo que, paradójicamente, se le daba muy bien en los últimos tiempos. Todo se fue al garete al minuto y medio, cuando Joaquín batió a Unai Simón tras aprovechar un error en cadena del entramado defensivo del conjunto bilbaino. Supuso el principio del fin de un Athletic que, para más inri, se empeñó en acentuar una fragilidad que hasta asombró a un Betis que encontró en su capitán al verdugo de los rojiblancos.

El conjunto verdiblanco sentenció el partido con una pegada total, tres goles en tantos disparos, lo que no ocurrió en el bando rojiblanco, que no lanzó a puerta hasta el penalti que materializó Williams. El cambio táctico que aplicó Garitano a vuelta de vestuarios tampoco sirvió para arreglar el desaguisado pese a que Yuri Berchiche, que ve puerta por segundo partido consecutivo, puso algo de ilusión que se quedó solo en eso.

2. Pérdida de músculo ofensivo sin Raúl García

Kodro desperdicia dos buenas ocasiones en su primera titularidad y no hace olvidar al navarro, al que el athletic añoró por ese contagio que genera a la hora de competir

bilbao - Gaizka Garitano quiso quitar hierro en la previa a la ausencia de hombres importantes, en referencia especialmente a Raúl García, que, además, tiene su particular idilio con el Benito Villamarín, en el que ha metido cinco goles de visitante, tres de ellos como león. Probablemente respondió a unas declaraciones diplomáticas del derioztarra, porque en su fuero interno no debía estar tranquilo. Se conoce el aporte ofensivo que el navarro suele ofrecer y el contagio que genera entre sus compañeros a la hora de competir, una plusvalía que el Athletic añoró en un duelo que requería ese perfil de futbolista. No lo tiene Kenan Kodro, que ayer gozó de su primera titularidad desde que es jugador del Athletic.

El donostiarra asoma por delante de Asier Villalibre como alternativa a los habituales en ataque, pero Kodro no aprovechó la oportunidad, porque sumó poquito y en su debe hay que añadir el desperdicio de dos asistencias que le regalaron Williams y Berchiche, de esas que quiere todo delantero centro para marcar. Y Kodro ni llegó a tocar el balón.

3. Cuando falla la que es la mejor arma del colectivo

bilbao - La dolorosa derrota en el Benito Villamarín no saca al Athletic de los puestos europeos gracias al tanto de Yuri Berchiche, que supuso el 3-2 definitivo y que deja al conjunto rojiblanco con mejor average que Atlético de Madrid y Valencia, equipos con los que está empatado a puntos. Es un pequeño consuelo, porque ayer todos fueron malas noticiara para un Athletic que deja de ser el equipo menos goleado, para pasar tal honor al equipo colchonero, ya que los leones encajaron tres tantos en un partido por segunda vez en liga en la era Garitano después de que lo hicieran el curso pasado en el Bernabéu, curiosamente su próximo destino lejos de San Mamés. El conjunto rojiblanco recibió tres goles en una media de gol cada seis minutos, cuando hasta ayer solo habían encajado nueve goles en quince partidos, un tanto cada 150 minutos. Una merma que explica en gran parte las razones de su derrota.