Bilbao - Finalizado el interminable paréntesis del campeonato, el Athletic sale a escena ante la afición llevando cosido a sus botas el afán por borrar el mal efecto que produjeron las últimas actuaciones, sendas derrotas. El objetivo propuesto pasa necesariamente por retornar a la senda del triunfo ante un Valladolid que de momento luce más como pescador en caladero ajeno, así ha sumado siete de los diez puntos que constan en su casillero. En definitiva, se trata de volver a coger el hilo en San Mamés, donde de un año para acá los números son abrumadoramente favorables a los rojiblancos. Un desenlace adverso daría pábulo a las sensaciones negativas que durante estos quince días han servido para cuestionar el rendimiento, sobre todo en lo relativo a la fabricación de peligro, una crítica quizá algo severa aunque en absoluto exenta de fundamento.

Gaizka Garitano dio a entender que han captado perfectamente el porqué y la dimensión del mosqueo del entorno. Por algo hizo ayer hincapié en que han aprovechado estas semanas de concentración en Lezama para pulir aquellos aspectos, que no son ni dos ni tres, asociados a la llegada. Y por supuesto, aseguró que tanto él como la plantilla están con hambre, deseosos de que llegue la hora del partido para voltear la situación y rescatar una porción del crédito perdido. “Está claro que el rendimiento ofensivo se puede mejorar y en eso hemos estado trabajando, sobre todo en la producción, el remate, los movimientos en el último tercio de campo, que es donde nos cuesta más. Hemos incidido mucho en todo esto y a ver si tenemos la suerte de hacer gol. Siempre solemos intentar imponernos, jugar mucho en campo contrario, achuchar, con la defensa alta, ser fiables como se ha visto en casa”.

El factor campo debería contribuir a satisfacer las ansias del técnico, al fin y al cabo se ha demostrado que supone una baza capital para el equipo, cuya efectividad se resiente de manera exagerada en los desplazamientos. “Yo soy optimista, siendo pesimista no se logra nada. Siempre antes de jugar pienso que vamos a ganar, pese a que a veces no sea así. Va a ser difícil, pero también a nosotros es difícil ganarnos, somos muy competitivos y tenemos el plus de jugar en casa. Por perder dos no vamos a pensar en perder el tercero, menos aún el día anterior a jugar. Tenemos que jugar como solemos hacerlo en nuestro campo. La mejor racha casera en liga de los últimos meses ha sido la nuestra, con quince o dieciséis partidos sin perder, y hay que seguir en esa línea”.

Se refirió asimismo al valor que otorga a la consecución del primer gol: “Los primeros minutos marcan mucho y si te pones por delante te facilita las cosas; si es al revés cuesta mucho darle la vuelta”. Acaso en su memoria sigue revoloteando la amarga experiencia de la visita del Valencia, el primer rival de la temporada capaz de marcar antes que el Athletic, con las consecuencias sabidas.

cambios “Ya lo veréis mañana cuando empiece el partido”, fue cuanto expuso Garitano al ser preguntado en torno a posibles novedades en la alineación. Las bajas de Yuri e Ibai estaban previstas, ambos arrastran lesiones que ya les impidieron viajar a Balaídos. Allí, Balenziaga y De Marcos ejercieron de alternativa en el once inicial y podrían repetir frente al Valladolid. O no. Augurar alguna variante de medio campo hacia arriba se antoja razonable a partir de que se reconoce abiertamente el deficiente repertorio en ataque.

Vesga, que como Lekue ha salido de la lista, no será el acompañante de Dani García en el círculo central. En ese lugar quien posee más boletos es Unai López atendiendo a los precedentes en San Mamés, donde ha hecho pleno, pero también ha sido repescado Beñat, al igual que Córdoba y Villalibre, probable descarte de última hora pues la relación es de 19 hombres. Las incógnitas planean en las bandas, hay varios candidatos y de muy diferentes perfiles. Muniain no ha fallado como local, si bien la continuidad de la que ha disfrutado no le impide figurar entre los señalados, al revés. Pensando en equilibrar las alas, es decir que se blinden y al mismo tiempo sean una vía para dotar de profundidad al juego, el problema se localiza en la izquierda. Balenziaga defiende bien, pero es remiso a subir, una limitación que el capitán tampoco va a subsanar, lo que acaba cargando en el costado derecho todo el flujo ofensivo.